Turismo
El turismo ha cambiado. Ya no se trata solo de encontrar una habitación cómoda o una buena ubicación: los viajeros buscan experiencias que los transformen.
18 de agosto de 2025
En este nuevo escenario, invertir en wellness y viajes experienciales dejó de ser una opción y pasó a ser una estrategia clave para cualquier hotel que quiera seguir siendo competitivo.
Según informes recientes de tendencias turísticas, más del 70 % de los viajeros internacionales consideran que el bienestar es un factor determinante al elegir alojamiento. El turismo de bienestar, que engloba desde spas y programas de fitness hasta nutrición saludable y mindfulness, crece a un ritmo casi dos veces superior al turismo general. Esta demanda convierte al wellness en un elemento imprescindible desde la fase inicial de diseño de un hotel.
El viajero ya no se conforma con "descansar", sino que busca regenerarse, conectar y vivir experiencias transformadoras, la industria hotelera enfrenta un nuevo desafío: integrar el bienestar y las vivencias inmersivas como parte central de su propósito de viaje. No se trata de una moda pasajera, sino de un fenómeno respaldado por cifras millonarias y un crecimiento sostenido a nivel global. El wellness y el turismo experiencial han pasado de ser segmentos exclusivos a convertirse en expectativas generalizadas, impulsando tanto la rentabilidad como la fidelización de los huéspedes que buscan hoteles orientados al bienestar.
El 70 % de los viajeros internacionales consideran que el bienestar es un factor determinante al elegir alojamiento.
Wellness como inversión, no gasto
Para los inversores, incorporar wellness en un nuevo hotel es una decisión estratégica. La rentabilidad no solo proviene del ingreso directo de tratamientos o membresías, sino del efecto indirecto sobre las demás áreas: restaurante, eventos, suites y paquetes especiales. Además, un enfoque wellness bien ejecutado aumenta la resiliencia del hotel ante cambios de mercado, como se evidenció tras la pandemia, cuando los viajeros priorizaron entornos saludables y seguros.
La rentabilidad no solo proviene del ingreso directo de tratamientos o membresías, sino del efecto indirecto sobre las demás áreas.
A continuación, comparto 7 visiones por la cual invertir en wellness es un must:
Un mercado en expansión imparable y huéspedes con mayor poder adquisitivo
La economía global en la industria del bienestar alcanzó un valor récord de USD 6,3 billones en 2023, equivalente al 6,03 % del PIB mundial. Se espera que crezca un 7,3 % anual hasta 2028, y supere los USD 9 billones. En el turismo, el segmento wellness pasó de USD 351 mil millones en 2020 a USD 651 mil millones en 2022, con un crecimiento del 36 % anual y una proyección de USD 1,4 billones para 2027.
Huésped con mayor poder adquisitivo
El cliente wellness no es un viajero promedio: gasta hasta un 180% más en sus escapadas internacionales. Valora y paga por tratamientos de spa, clases de fitness, experiencias holísticas y propuestas personalizadas que elevan su bienestar.
Cambios en las preferencias de consumo
Millennials y Gen Z han redefinido las reglas del juego. Estos viajes actuales y del futuro, buscan salud, mindfulness, cultura local y sostenibilidad en sus travesías. Y el hotel que logre integrar estos elementos en su propuesta no solo captará su atención, sino que también creará una conexión emocional duradera.
Ventaja competitiva y diferenciación
En mercados cada vez más saturados, un programa de wellness bien diseñado no solo mejora la experiencia del huésped, sino que también refuerza la identidad de marca. Hoteles que integran un Signature Spa, zonas de hidroterapia, suites con servicios in-room wellness o programas personalizados, logran:
Más ingresos, mayor rentabilidad
Spas, gimnasios, gastronomía saludable, talleres culturales o paquetes de aventura... todas estas propuestas generan ingresos adicionales y con frecuencia cuentan con márgenes más altos que el alojamiento, diversificando y fortaleciendo la rentabilidad del hotel.
Posicionamiento estratégico
El bienestar ya no es un lujo: es una expectativa transformacional. Integrar wellness en la oferta hotelera posiciona a la marca como innovadora, comprometida y alineada con las tendencias globales. Además, abre oportunidades de colaboración con marcas y profesionales especializados. Nos posiciona en un nuevo segmento que distribuye sus inversiones de viajes en nuevas experiencias en un porcentaje mayor al que asignan al alojamiento en si.
Experiencias que transforman
Un hotel que cuida el cuerpo, la mente y el espíritu de sus huéspedes no solo vende noches: vende recuerdos, conexión emocional, vínculos y bienestar. Esa es la base de un turismo que crea lealtad a largo plazo.
El wellness es mucho más que un servicio adicional: es un activo estratégico que eleva el valor de la marca, maximiza el gasto por huésped y construye relaciones duraderas. Los hoteles que apuesten hoy por integrar el bienestar en su ADN serán los que lideren la hospitalidad del mañana. En un mercado donde la competencia se mide en experiencias memorables, invertir en wellness no es un gasto: es asegurar el futuro. Y los números no dejan lugar a dudas: el momento de actuar es ahora.
Fuente: Romina Nicolino