Argentina
30 de noviembre de 2021
El abordaje, de manera planificada y sistemática, del objetivo general de la calidad en un hotel ha sufrido una evolución magnífica en las últimas décadas en todo el mundo, y en particular en la industria hotelera española, que se ha convertido de hecho en la referencia normativa para este desempeño para el resto del mundo.
En las últimas décadas la industria se ha visto sacudida, literalmente, por la revolución digital, la revolución de las comunicaciones, que es la llamada tercera revolución industrial, donde los ordenadores y las comunicaciones whatsapp ha fundido al teléfono nos han llevado a un nivel de eficiencia ¿y de calidad? desconocido hasta ahora.
Parece que hay consenso en cuanto a que nos hallamos inmersos ya en una cuarta revolución industrial caracterizada por la revolución de los datos: 4G, 5G, Big Data, Blockchain, IA, el internet de las cosas etc., son conceptos que estamos asimilando a marchas forzadas y que en cuanto a la calidad y su gestión están siendo ya determinantes y más aún que lo van a ser a corto, medio y largo plazo.
Por poner un ejemplo muy gráfico de nuestro sector, vamos a ver cómo ha evolucionado en los últimos veinticinco años la figura del Mistery Guest. Este detective industrial, surgido hace poco menos de treinta años tal y como la conocemos ahora, surgió en realidad en los años cuarenta en los Estados Unidos con la compañía de investigación Wilmark, encargada de evaluar la calidad de los servicios y la atención del cliente en las empresas, haciéndose pasar por empleados. Naturalmente, la percepción subjetiva, el apunte manual y el criterio individual del evaluador imperaban en los primeros registros, y la comunicación de los resultados, el feedback dado y las acciones futuras planificadas en función de los mismos eran bastante rudimentarios. Hoy en día un Mistery Guest de cualquier auditora lleva un dispositivo conectado a internet y con acceso a una gran base de datos que le permite, en tiempo real, incorporar observaciones, realizar fotografías y vídeos, actualizar informes, procesar datos de todo tipo, registrar patrones temporales, espaciales, etc., con el objeto de que la evaluación de la calidad del servicio en un establecimiento hotelero ofrezca una fiabilidad máxima y soluciones ad hoc a cualquier problemática en un tiempo récord, higienizando al máximo la subjetividad de los evaluadores gracias a la revolución de los datos.
Es decir, pasamos del papel y el teléfono a fax, al whatsapp y luego a la inteligencia artificial, el 5G, el internet de las cosas en una carrera frenética por ofrecer la mayor calidad con los menores recursos posibles con el objetivo de posicionarnos en el mercado aportando el mayor valor añadido con los menores costes y, por tanto, el mayor beneficio.
Los conceptos básicos que constituyen las bases racionales sobre las que se articula una gestión profesional de la calidad en el ámbito hotelero.
Los procesos en el ámbito de la hotelería adquieren una complejidad bastante mayor que en otros sectores debido a la idiosincrasia especialmente compleja del mundo hotelero, en el que confluyen una diversidad de servicios y factores temporales que plantean una exigencia continua y extrema.
Indudablemente, los servicios de alojamiento y restauración constituyen los primeros y principales enfoques de la gestión de calidad hotelera, históricamente. Es muy difícil encontrar hoy día hoteles y cadenas hoteleras que no incorporen una serie de políticas, protocolos, estándares, auditorías internas y externas, etc., encaminados a la mejora constante de la calidad de los productos y servicios ofrecidos en los departamentos de recepción, houskeeping, restauración, atención al cliente, reservas, mantenimiento, etc.
Es por ello que la formación comercial está cada vez extendiéndose más y más a departamentos que no son comercial propiamente dicho, pero que sin duda alguna desempeñan y sobre todo pueden desempeñar un papel clave en las ventas de un hotel.
El departamento de recursos humanos de un hotel a menudo haya venido dando a luz un sub departamento de formación y calidad en muchos casos, que de manera dependiente en los orígenes y cada vez más autónoma hoy en día de aquella área, lidere el diseño de los programas de formación de los distintos departamentos conjuntamente con la dirección general y de las respectivas secciones a partir de un análisis global de la calidad ofrecida en cada uno de ellos y dentro de un programa que incluye una multitud de acciones sistematizadas y encaminadas a la mejora continua de productos y servicios.
La propia formación impartida a los empleados ha dado un paso de gigante mediante los sistemas de evaluación de programas y formadores NPS, pasando de un nivel de exigencia muy bajo en la formación tradicional a otro cada vez más enfocado a las necesidades reales, más exigente con los resultados y mucho más controlado desde el punto de vista de la calidad.
La gestión de la calidad no sólo se ha enfocado en la excelencia de productos y servicios ofrecidos al cliente, sino también en los procesos internos que hacen posible aquella. Los distintos programas de liderazgo de directivos y mandos intermedios hoteleros se han enfocado en el desarrollo de diversas habilidades, tanto duras como blandas, con el objeto de optimizar la gestión del trabajo y de las personas y dotar a estos responsables de las herramientas aptitudinales y actitudinales adecuadas para modernizar las dinámicas laborales en todos sus extremos.
La gestión de calidad no está ausente en los procesos administrativos, desde la gestión de las compras, la recepción de mercancías, la gestión de stocks e inmovilizados en general, los procesos de trabajo en los departamentos financieros y administrativos, la optimización flexible de las plantillas de recursos humanos, etc., cuya implementación redunda en una mayor eficiencia y que ha producido la transformación tecnológica y procesual de muchos sistemas ya muy obsoletos y de otros aún más recientes que no han resistido el impulso de los procesos de mejora continua, hoy en día en plena ebullición.
Garantizar la seguridad y la salud en el trabajo, a clientes externos e internos, es un objetivo prioritario desde hace décadas en el sector, tan vulnerable a riesgos de todo tipo. Más aún, con la irrupción del COVID 19, estas medidas y el control de calidad de las mismas, han adquirido un protagonismo absoluto, hasta el punto en el que actualmente el sector está jugando una partida estratégica en este campo contra la irrupción de otras alternativas de alojamiento vacacional y de negocios mucho menos reguladas y a menudo vistas, a este respecto, como más seguras por muchos clientes. Lo que ocurra en los próximos años en esta batalla desigual va a depender en buena medida no sólo de una regulación más rigurosa y justa, sino de lo que los sistemas de calidad sean capaces de aportar en este sentido y sus artífices trasladar al cliente de manera clara y rotunda.
Mucho más recientes son los sistemas de gestión de calidad ambiental y tecnológicos.
Por otra parte, la eclosión de los sistemas ágiles de funcionamiento está llegando al sector hotelero, sobre todo a nivel corporativo, revolucionando de nuevo un sistema de gestión de calidad donde el protagonismo del experto es cada vez mayor y la intervención de la jerarquía cada vez más limitada a decisiones estratégicas y menos intervencionista. En definitiva, resultados y datos mandan, y el paradigma ECO sustituye progresivamente al EGO por pura necesidad de supervivencia competitiva.
Poco se está hablando actualmente del reto de la calidad en la comunicación, tanto interna como externa, del mundo hotelero. Casi de manera improvisada, los Community managers de las principales cadenas hoteleras, casi todos perfiles millennials y centennials, son los abanderados de un nuevo estilo comunicativo fresco, ágil y adaptado a una realidad muy diferente a la que se conocía hace muy pocos lustros.
Estamos de nuevo ante un aspecto absolutamente estratégico ante los muchos y variados retos que la hotelería tiene en el horizonte más próximo y mediante el cual va a tener que pugnar contra unos competidores que con menos recursos están sacando mucho más partido a sus ventajas y valores añadidos a la hora de comunicarlos
Para muestra un botón: el cocinero de la nueva hotelería deberá ser consciente de su entorno competitivo, de todas las claves de salud y seguridad en el trabajo, de su importancia como valor añadido a la hora de la venta directa al cliente, de la importancia de subir atractivos posts de sus platos y procedimientos en las redes sociales, de la importancia del trabajo en equipo y del desarrollo de habilidades sociales para optimizar su rendimiento y el de las personas que trabajan con ella, del papel fundamental que juega en la cadena de sostenibilidad medioambiental mediante la aplicación de buenas prácticas en su día a día, etc. Detrás de cada una de estas habilidades hay un departamento de calidad trabajando, en colaboración con cada departamento, para su desarrollo, habilitado por una dirección muy consciente de la necesidad de su implementación y fomento para poder estar a la altura de unas circunstancias cada vez más exigentes y cambiantes.
Fuentes:
- www.isotools.org Historia y evolución del concepto de gestión de calidad
- A.V. Feigenbaum (1999): "The new quality for the twenty?first century", The TQM
- Armand Vallin Feigenbaum (1991): Total Quality Control. Ed: McGraw-Hill, 1/1/1991
Jaime Trabucheli
Tutor especialista en Excelencia en la gestión hotelera
CESAE Business & Toursim School