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Factores determinantes de la elección del destino

Por M. J. Emmanuel Ríos - de su libro "Turismo: visión comercial"

6 de marzo de 2023

A muchos nos ha pasado que, en algún momento de nuestras vidas, tenemos esa necesidad de viajar, de conocer una ciudad nueva, otra cultura o simplemente salir de casa, aunque sea a pocos kilómetros. Es una sensación muy linda llegar al destino que hemos elegido y ver cómo las personas residentes tienen otras costumbres, hay otras marcas de productos que no conocemos circulando en los comercios y, seguramente, tenga un atractivo que hizo que decidamos esa ciudad y no otra.

Cada turista, al momento de viajar, tiene que considerar factores que determinarán el destino de su viaje. Es bueno tener estas categorías presentes. Sobre todo, cuando no hay un rumbo preciso, se genera la indecisión y el debate entre los viajantes. También, desde el punto de vista de anfitrión, el siguiente listado logrará conocer causas que hacen que los turistas lleguen, y también causas por las cuales los turistas no vienen a nuestra ciudad.


Los factores determinantes en la elección del destino son:

  • Económicos: acorde a cuánto dinero puede pagar el turista por su viaje. Suele ser el principal determinante en la selección de destinos para visitar.
  • Psico-socio-emocionales: acorde a experiencias vividas por el turista. En este factor, influyen solamente acontecimientos personales de cada uno (como aquellas personas
  • que vuelven de visita a un lugar que iban en su infancia con sus padres o un profesor de historia que siempre deseó conocer el Coliseo Romano).
  • Temporales: determinado por la relación del tiempo libre que dispone el turista y el proceso de traslado al lugar de destino. Es decir, si una persona de Colón, Entre Ríos, dispone de 36 horas de tiempo libre y define como destino una ciudad como Tokio, Japón, por más que tenga todos los otros factores a su favor, suponiendo que en el mejor de los casos consiga un vuelo sin escalas y no tenga demoras de ningún tipo, igualmente no llega a cumplir 24 horas en destino, que es el tiempo mínimo para que la actividad se considere turística.
  • Políticos-religiosos: determinados no por el turista, sino por la posibilidad de acceso que permite el destino. Aunque parezca mentira, en el siglo XXI también existen violaciones a los DD. HH. y discriminación hacia ciertas etnias, nacionalidades y religiones. A pesar de que el porcentaje sea bajo, es preciso categorizarlo como otro factor determinante porque, lamentablemente, no todas las personas tienen acceso a cualquier rincón del planeta.
  • Naturales: factores de la naturaleza que incumben en la posibilidad de la elección de un destino y la ruta de viaje. Estos pueden ser:

-Favorables: cuando el panorama que impone la naturaleza atrae a los turistas y la elección del destino tiene como eje este fenómeno (como quienes desean ver el espectáculo de las Cataratas del Iguazú, en Misiones).

-Desfavorables: cuando la naturaleza impide el desarrollo de la actividad turística, ya sea en la ruta de viaje (como la cancelación de vuelos por tormentas eléctricas) o en destino (como cuando crece el Río Uruguay en Colón, Entre Ríos, afectando la hotelería, restaurantes y parte de la ciudad; entonces, quien busca playas, elegirá otro destino).

-Neutros: cuando la naturaleza no desfavorece las posibilidades del turista y tampoco es un atractivo indispensable en el destino.

  • Estructurales: factor netamente turístico, que tiene que ver con la disponibilidad de atracciones, alojamientos, transportes y comercios que son imprescindibles para que el turista pueda desarrollar las actividades que desea.

Teniendo en cuenta lo mencionado, se puede asegurar que no todos consideran todos los destinos a la hora de viajar, debido a que cualquier punto que estuviese en falta o incompleto altera la posibilidad de la concreción de su viaje.

También es importante aclarar que de los seis factores hay tres que son internos (es decir, que dependen de la persona interesada en viajar) y otros tres que son externos (el viajante no puede hacer nada al respecto, en forma inmediata, para revertir la situación). Los internos son: económicos, psico-socio-emocionales y temporales. Cada individuo tiene el control de solucionar un problema económico (con un préstamo, vendiendo un vehículo, de cualquier forma) y de esta manera, no dejar que el dinero se interponga en sus actividades turísticas. También, el psico-socio-emocional es en cierta forma el "timón", el que, por una buena experiencia previa o por una foto atractiva del lugar, hace que nos importe estar allí. Cuando viajamos lejos para asistir a un evento de una banda musical que nos gusta, reservamos un hotel y conocemos la ciudad, también son las emociones que están actuando, porque algo hay que nos impulsa a que tengamos ganas de asistir a ese concierto. Y también, cuando no queremos a ir a esa ciudad o visitar un país en particular porque nos trae recuerdos negativos, o aconteció un suceso que genera incomodidad.

Por último, el factor temporal, tiene que ver con el tiempo que dispone cada persona para viajar, que, al igual que el económico, tiene una solución viable postergando compromisos, adelantando trabajo, o bien, solicitando días al empleador para vacacionar.

Asimismo, hay tres puntos restantes que influyen en la decisión del viajante, pero exceden su poder de acción para resolverlas. Y, por lo general, este poder de acción está directamente vinculado con las autoridades que regulan la administración del centro receptivo.

El principal factor es el político-religioso, y son las prohibiciones de acceso al país a determinados grupos sociales o casos de extrema urgencia, como suelen ser atentados o grandes protestas que generan incidentes. Ante una situación de este estilo, el viajante, dentro del marco de la ley, no podrá elegir vacacionar en este territorio.

Los factores naturales pueden ser tan determinantes como en el párrafo anterior. Es decir, si ocurre un terremoto en la ciudad que elegimos como destino, dos días antes de nuestra llegada difícilmente podremos realizar las actividades turísticas que habíamos planificado. Aunque en diversas ocasiones son también las autoridades quienes prohíben el ingreso de turistas por seguridad, si la causa desencadenante no es iniciada por el ser humano, la incluiremos en este grupo. Sin embargo, un hecho natural también es razón para que el destino sea elegido. Este tipo de atractivos suelen ser convocantes y las ciudades explotan el área que lo rodea. A grandes rasgos, hay innumerables ejemplos, como cualquier destino de playa. La gente quiere sentir el mar y la costa arenosa, un hecho natural muy común, pero atrayente. O podemos mencionar algo mucho más exótico, como los hoteles-iglú con techo de cristal, cercanos al polo norte, donde el principal atractivo es admirar las auroras boreales.

Por último, hay determinantes que logran la convocatoria y son los que abarca la estructura turística. Cuando un turista decide ir a una ciudad, por ejemplo, Gualeguaychú (Entre Ríos, Argentina) en época de carnavales. Por más que todos los factores anteriores estén a su favor, si esta persona no encuentra un lugar donde alojarse, y hasta las ciudades vecinas están sin una cama disponible, no queda más alternativa que suspender el viajeo bien elegir otro destino.

En fin, esta clasificación, no solo ayudará a analizar lo que se tiene que tener presente antes de elegir un destino para viajar, sino que también servirá para que las ciudades receptoras de turistas puedan estudiar y analizar cuáles son las razones por las cuales no están convocando, o bien expandirse a otros segmentos de consumidores que posiblemente no están atendiendo.