Con los datos recibidos en las últimas semanas sobre aumento en la demanda del mercado de turismo, las empresas del sector tienen ante sí la necesidad de reinventarse con ideas innovadoras

El mercado de turismo está en un tiempo mucho más complejo, donde la constante es y será el cambio. El desafío de la industria en su conjunto es crear propuestas de valor para absorber la mayor porción de la demanda que poco a poco irá tomando color a lo largo de este año.

La crisis generada por la pandemia de la COVID-19 sigue afectando de forma directa el estilo de vida de las personas, lo que se ve reflejado en la predisposición de los consumidores al elegir ciertas marcas por encima de otras. Además, el distanciamiento social afectó rituales culturales muy importantes y ante la imposibilidad de realizarlos, habrá que desarrollar nuevos para que la gente se sienta más segura y acompañada. Esta es una oportunidad para reafirmar o modificar la propuesta de valor. 

En un contexto normal, para generar valor agregado primero se debe escuchar a los clientes, pero en el actual se necesita una profunda empatía para ofrecer innovaciones basadas en las nuevas necesidades del cliente.

Igual de importante es hacer un autoexamen de lo que se ofrece, es decir, reconocer debilidades y fortalezas a fin de trabajar en las primeras para mejorarlas y en las segundas, para potenciarlas. También se debe analizar la competencia, qué hace y qué deja de hacer. 

Una de las claves es encontrar nichos emergentes y brindar soluciones para las nuevas demandas que se generan en el contexto actual.

Otro aspecto fundamental es entrar en contacto con miembros de la industria para asociarse e incluso ir por fuera del medio ambiente del turismo para emprender en experiencias sin ningún antecedente.

Derribar mitos y costumbres es otro de los puntos de inflexión, hasta aquí, todos conocíamos las recetes de siempre, pero en el contexto actual ya es hora de ser verdaderamente disruptivos llevando al turismo a un campo verdaderamente novedoso. El prejuicio de lo que parece imposible o inadecuado debe quedar atrás. 

Una variable importante es no dejarse domar por la presión financiera que muchas veces limita la posibilidad de probar, más que nunca es el momento más adecuado de animarse a hacer experimentos. Hay millones de ejemplos de empresas que estaban a punto de ir a la bancarrota y salieron adelante con ideas realmente alocadas para la época.

Nuevos valores corporativos
Este reinicio da también la oportunidad de reconstruir los cimientos de una empresa en base a la consideración de cuestiones que hasta aquí eran excluidas por diferentes motivos. Por ejemplo, la dinámica del mercado está empujando a todos a ser resilientes, competitivo, pero también sostenibles. Quien hasta hoy no lo era, deberá serlo.
Con este contexto tan crítico también debe jugar un rol principal las acciones para la comunidad, por lo que las empresas que aún no cuentan con un área de RSE, deberían formarla y potenciarla.
Los RRHH también deben ser el motor de la reconstrucción, en esa área será fundamental la igualdad de género, la incorporación de talentos jóvenes y de trabajadores migrantes en situación vulnerable.

La tecnología y su rol clave
La recuperación de los destinos y las empresas turísticos dependerá además de todo lo expuesto anteriormente de aprovechar las innovaciones tecnológicas para comprender mejor las necesidades y tendencias de los viajeros y hacer un seguimiento de ellas, crear y comercializar experiencias innovadoras, utilizar plataformas digitales para mejorar la competitividad y la agilidad de las pequeñas y medianas empresas a la hora de llegar a los clientes, ofrecer empleos con valor añadido y aplicar protocolos de salud eficaces. La inteligencia artificial y los macrodatos pueden ayudar a gestionar los flujos y a proteger a las comunidades y los recursos.

El desarrollo de ecosistemas de innovación y inserción en el sector turístico puede contribuir a la transformación digital. La innovación podría centrarse en la adopción de modelos digitales de gestión del sector y la creación de nuevos puestos de trabajo, así como en productos y experiencias sostenibles nuevos que vincularan a los viajeros con la naturaleza y las industrias creativas, potenciarán a las comunidades y promovieran viajes seguros mediante el uso de la tecnología.