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Construcciones flotantes: la moda de las casas y hoteles sobre el agua

Un complejo hotelero en Laguna Garzón, Uruguay, y dos emprendimientos de viviendas particulares en Argentina. Arquitectura ecológica y antiestrés.

3 de agosto de 2022

Descansar sobre un casi imperceptible movimiento de agua, abrir las ventanas y contemplar un paisaje natural, desconectarse del ruido de la ciudad y rodearse de flora y fauna autóctona. Esa es la propuesta de las construcciones flotantes, una tendencia arquitectónica que crece en la región con sello ecológico y de vanguardia.

Cada vez son más los inversores que deciden apostar por una casa flotante al mismo tiempo que crece la demanda de personas que quieren alquilar una vivienda o una habitación de estas características para pasar un fin de semana o unas vacaciones. En Laguna Garzón (Uruguay), los argentinos Gabriel Barbot y Nadir Tasat decidieron comprar el hotel Garzón Lodge, un complejo ubicado en un área natural protegida. De este lado del Río de La Plata, Fabián De Martino es el constructor y diseñador de Casas del Agua, un emprendimiento que fabrica y vende viviendas flotantes en el Club San Fernando y el Club Buenos Aires; y Aníbal Guiser Gleyzer es el creador y desarrollador del Econáutico Hipocampo, el primer vecindario de estas características ubicado en Maschwitz. Aunque cada uno tiene una búsqueda diferente, los tres coinciden en que este tipo de construcciones está en plena expansión.


Hoteles y casas flotantes: naturaleza antiestrés

El Garzón Lodge está ubicado a 37 kilómetros de Punta del Este. Las 12 habitaciones y el restaurante que forman parte del complejo flotan sobre la laguna que integra el Sistema Nacional de Áreas Protegidas entre los departamentos de Maldonado y Rocha. La conexión con la naturaleza está garantizada para todos sus visitantes. "En el lugar solo está nuestro hotel y un pequeño pueblo de 15 pescadores, los únicos autorizados para vivir ahí. La laguna es una reserva de aves reconocida a nivel mundial. El otro día, por ejemplo, estaba durmiendo en una de las habitaciones y cuando me levanté había un lobo marino afuera. Tuve que golpear la ventana para que se corriera. Es una experiencia única", cuenta Barbot a NOTICIAS.

Para llegar a las habitaciones, los huéspedes tienen que moverse con marinas, como si estuvieran en un muelle. Además, el Garzón Lodge fue pensado como una construcción sustentable. "Es todo de madera y hay un proceso de tratamiento de residuos para no contaminar. Le aclaramos a la gente que el agua para bañarse, por ejemplo, puede ser un poco salada porque sale de la laguna. Lo ecológico tiene mucho peso", agregó el dueño del establecimiento.

El de Uruguay es el primer hotel flotante de Latinoamérica. Sin embargo, este tipo de construcciones ya tenía antecedentes en Argentina en viviendas particulares. Casas del Agua fue uno de los primeros emprendimientos de este tipo. De Martino, su fundador, conoció este tipo de casas hace diez años en Europa y decidió trasladar la idea al Delta. Hasta la fecha construyó y vendió cerca de veinte casas. Nueve están amarradas en el Club Buenos Aires, donde inició el proyecto, y nueve en el Club San Fernando, donde comenzó a trabajar hace alrededor de un año y medio.

"Todavía nadie me dijo 'haceme una casa que me la llevo a mi isla'. Normalmente, las vendo cuando hay un espacio donde ponerlas. Por ejemplo, ahora en el Club San Fernando hay un espacio donde el propietario puede pagar el alquiler de las amarras, pero funciona igual que con los barcos, si vos después te querés ir a otro club, lo podés hacer", cuenta De Martino a NOTICIAS.

Casas del Agua ofrece dos modelos de viviendas, loft y duplex. La mayoría de los compradores las utiliza como casa de fin de semana aunque eso está cambiando. En tres de las propiedades de San Fernando ahora viven personas de forma permanente. Los dueños deben hacerse socios del club donde están amarradas sus vivendas y, en consecuencia, pueden disfrutar de todos los beneficios del lugar. "El Club San Fernando tiene ocho hectáreas con todas las comodidades. Tenés cuatro restaurantes, todos los deportes, cursos de timonel, lo que quieras", agrega De Martino.

Aunque el concepto de casa flotante es similar, la búsqueda de Econáutico Hipocampo es completamente diferente y apunta a pensar en cómo se puede habitar en la naturaleza sin dañar el ecosistema. "Como vecindario en sí, este es el único del mundo. Me enteré hace muy poco porque una editorial inglesa está haciendo un libro sobre este tipo de construcciones y nos contactaron", cuenta a NOTICIAS Guiser Gleyzer y agrega: "El proyecto surgió como una forma de adaptarse permaculturalmente a los humedales. Si queríamos construir viviendas acá, lo mejor que podíamos hacer era flotar".

Econáutico Hipocampo forma parte de los proyectos de Natural Estate y, en la actualidad, el vecindario ya tiene ocho casas terminadas y algunas en construcción. A futuro, el objetivo es llegar a 30 viviendas. "Es una propuesta diferente a la de un barrio cerrado, ya que acá la búsqueda es estar en armonía con lo natural. De todas formas, eso no significa que no sean casas modernas con todos los servicios y comodidades", subraya su desarrollador. Entre las alternativas arquitectónicas que destacan a estas construcciones se puede mencionar la utilización de madera kiri, un material tan liviano como la madera balsa y tan resistente como el pino, cuya tala no afecta a los bosques nativos, así como sistemas de ventilación natural sin aires acondicionados y sus efectos negativos para el ambiente.

Fuente: Noticias