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Dominatrix, educadora y terapeuta sexual, es la dueña de "Brighton Dungeon", el nombre de los alojamientos eróticos que alquila en pleno centro de la ciudad británica.
26 de noviembre de 2025
En pleno centro de Brighton, considerada la ciudad más liberal y desprejuiciada del Reino Unido, se encuentra Brighton Dungeon, un hotel sadomasoquista, que desde que abrió sus puertas en 2021 mantiene un récord de reservas.
A pocos minutos a pie del paseo marítimo de Brighton y de las tiendas de la zona céntrica, la fachada es la de una construcción tradicional de un barrio residencial.
Nadie imaginaría que en una calle de edificios adosados, uno al lado del otro, en uno de esos departamentos hay un universo con esposas, arneses, látigos, máscaras, collares con pinchos, y hasta una Cruz de San Andrés.

Una de las habitaciones por dentro: lo definen como un "refugio victoriano". (Foto: brightondungeon.com)
En su sitio web se definen como un "alojamiento erótico", que funciona como un "refugio para parejas", tanto para las que deseen cumplir una fantasía como para aquellas con más experiencia.
La propietaria, Calandra Balfour, de 46 años, se define como "educadora sexual, terapeuta sexual y ocasional dominatrix" en su descripción de Instagram. Junto a su marido, Tim Richardson, son dueños también de dos sex shops.
Del boom de Cincuenta sombras de Grey a la verdadera comunidad "BDSM"
En medio de los tabúes y los prejuicios, el matrimonio que lleva dos décadas en la industria del entretenimiento para adultos, decidió apostar a los alquiles temporales en 2018, cuando compraron la primera propiedad.

Calandra Balfour y su esposo, Tim Richardson, los dueños del emprendimiento erótico. (Foto: Instagram @calandrabalfour)
Las llaman "mazmorras" y ellos mismos se encargaron de decorar y equipar cada una con diferentes instalaciones. La demanda fue tal que pronto invirtieron en otros dos departamentos.
Las tres posadas tienen nombres propios y diferentes características e intensidades: "La Mazmorra oculta", "La Boutique", y "La Mazmorra de Brighton".
En una entrevista con The Sun, Balfour confesó que les preocupaba que fuese un emprendimiento de nicho y les resultara poco rentable.

Los dueños plantean el hotel sadomasoquista como un espacio de juego erótico. (Foto: brightondungeon.com)
Luego de siete años recibiendo huéspedes de manera constante, y la agenda completa con tres meses de antelación, la inversión resultó más que redituable.
"Hay tanta gente que alquila propiedades que es difícil destacar en ese mercado, pero aunque se hable poco del tema, la comunidad BDSM es grande, más de lo que la gente imagina, y estamos orgullosos de haber creado un espacio seguro para explorar este tipo de sexualidad", aseguró Calandra.
Probablemente antes del estreno de la película Cincuenta sombras de Grey, allá por 2015, algunos no habían oído nunca la sigla BDSM, que engloba las siguientes prácticas: Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo.

Las paredes están adornadas con látigos y accesorios alusivos al sadomasoquismo.(Foto: brightondungeon.com)
El arrasador éxito del primer libro de la trilogía escrita por E. L. James despertó curiosidad e intriga en algunos espectadores, que luego vieron la adaptación en la pantalla grande.
La pareja ficcional del multimillonario Christian Grey y Anastasia Steele, encarnados en la versión audiovisual por los actores Jamie Dornan y Dakota Johnson, fue la dosis de erotismo necesaria para que aumentaran las búsquedas de información sobre el tema.

Jamie Dornan y Dakota Johnson en una escena de "Cincuenta sombras de Grey". Foto: Archivo Clarín.
"Bondage" es un vocablo francés que significa 'esclavitud' o 'cautiverio'. Encabeza la sigla de la comunidad porque en este caso hace referencia al acto de ser atado durante un momento de la intimidad, ya sea a través de cuerdas, esposas, corbatas, cinturones, o listones de tela.
"La regla de oro en todo juego de rol donde haya alguien con un papel dominante y otro sumiso o dominado, es el consentimiento: debe ser de mutuo acuerdo con límites previamente charlados que sean respetados, porque si no hay disfrute, no hay juego", describió la dueña del emprendimiento, que también brinda talleres sobre el rol de la dominatrix.
"Hay otras siglas que debemos tener bien grabadas en todo momento: SSC, Safe, Sane and Consensual (prácticas seguras, sensatas y consensuadas)", remarcó.

En el living de una de las mazmorras se destaca una Cruz de San Andrés con esposas. (Foto: brightondungeon.com)
También recomendó incluir una palabra de seguridad para utilizarla como refuerzo de comunicación a la hora de frenar o rechazar de forma tajante alguna acción. "Suspicacia, Emilia, ¡suspicacia!", diría Adrián Suar en la película Dos más dos, que aborda el swingerismo.
Los testimonios de los huéspedes
La estética que se propusieron fue la de "refugio victoriano", y buscaron que la inmersión al sadomasoquismo no fuese abrupta, con espacios tradicionales que convivan con la propuesta de sexualidad alternativa.
"No es lo que la gente piensa. Queríamos que fuese algo como 'entrar y salir de la acción', que pudieran elegir estar tranquilos charlando en la habitación, el living, la cocina, y que a su vez pudieran descubrir por sí mismos los otros lugares de la casa", relató Calandra.

Espejos, iluminación, barrotes y un cuarto sexual secreto. (Foto: brightondungeon.com)
Detrás de una biblioteca falsa equiparon un "cuarto sexual", donde la pieza central es una jaula de sumisión, junto a un banco para azotes, un arnés hecho a medida para la sujeción lúdica, "celdas medievales" para cumplir fantasías, y todo tipo de accesorios.
"Hemos recibido a cientos de parejas, algunas que vinieron a proponer matrimonio, otras principiantes que querían probar los equipos de bondage antes de comprarlos, y también a clientes que preguntan qué les aparecerá en su extracto bancario porque no quieren que nadie descubra este costado de sus vidas", detalló.
Reveló que pueden hospedarse hasta cuatro personas, y es habitual que reciban tríos o parejas de amantes, con anécdotas que se repiten una y otra vez.

Las máscaras expuestas en una estantería del hotel sadomasoquista (Foto: brightondungeon.com)
"Más de una vez un cliente me llamó para preguntarme si tenía otro juego de llaves de las esposas, porque las había perdido y no podía liberar a su pareja; por suerte tenemos unas de repuesto", contó con humor.
La periodista británica Mel Fallowfield pasó la noche en una de las mazmorras, y compartió los testimonios de otros huéspedes en la cobertura especial del periódico The Sun.
Sophie, profesora de yoga de 40 años que vive en Londres, visitó el lugar por primera vez hace seis meses y regresó dos veces desde entonces.
"Soy madre de un niño de 10, y no podría tener algo así en mi casa", le contó a la periodista. "Me gustó que hay normalidad mezclada con lo erótico, que no es un antro con gente que no conocés que te está mirando, sino que es un lugar privado con una propuesta que podés experimentar o no, sin presiones", sostuvo.
El detrás de escena de un hotel sadomasoquista y cuánto cuesta pasar la noche
El matrimonio invirtió más de 50.000 dólares para equipar las tres propiedades. "Uno de los mayores gastos fue la insonorización de las paredes para no molestar a los vecinos y evitar quejas a futuro", reveló.

Calandra Balfour es terapeuta, educadora sexual y dominatrix. (Foto: Instagram @calandrabalfour)Calandra Balfour es terapeuta, educadora sexual y dominatrix. (Foto: Instagram @calandrabalfour)
Aunque aseguraron que los ingresos económicos son muy buenos, recalcaron que este tipo de negocio requiere de mantenimiento e inversión constante.
"Gastamos 3000 dólares por mes solo en la limpieza de las habitaciones, y otros 1300 dólares por el servicio de lavandería de las sábanas de seda de las camas kingsize", indicó.
Y agregó: "Contratamos dos personas para que nos ayuden, con un margen de tres horas de tiempo entre clientes, para poder esterilizar todo después de cada uso, además de una limpieza a fondo semanal de cinco horas".

Calandra Balfour en uno de los arneses del alojamiento "Brighton Dungeon". (Foto: Instagram @calandrabalfour)
"También tengo un presupuesto fijo de 200 dólares por semana para surtir de lubricantes y preservativos gratuitos a los huéspedes de las tres mazmorras", manifestó.
Antes se dedicaban al alquiler de departamentos temporales tradicionales, pensado para turistas, y el promedio del precio por noche oscilaba entre 90 y 120 dólares.
"Ahora tengo que cobrar el triple porque este tipo de alojamiento conlleva otros gastos y protocolos de higiene que resultan fundamentales en este rubro para brindar una experiencia sana y segura", indicó.
Los interesados realizan las reservas a través de la aplicación Airbnb o del sitio web del establecimiento, y la mazmorra más económica ronda los 400 dólares por noche.
Fuente: Clarín
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