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¿Una habitación bajo el mar? Este hotel internacional revoluciona el turismo de lujo

En una isla remota de África, una experiencia única combina arquitectura flotante, paisajes submarinos y desconexión total frente al océano Índico.

28 de julio de 2025

Rodeada por las aguas cálidas del océano Índico, Pemba es una isla que parece haber sido diseñada para mantenerse en secreto. A diferencia de Zanzíbar, su famosa vecina, esta joya ubicada en Tanzania se esconde entre plantaciones de clavo, selvas frondosas y arrecifes de coral que colorean la costa azul. Todo allí respira calma y naturaleza en estado puro.

Es por este mismo motivo que, no hay grandes cadenas hoteleras ni rutas asfaltadas que interrumpan su ritmo. Solo caminos de tierra, bailes locales y el ruido de las olas del mar. Y es precisamente en este rincón aislado del mundo donde se encuentra uno de los hospedajes más extraordinarios del planeta: "The Manta Resort". Este complejo no solo ofrece lujo y desconexión, también permite dormir bajo el agua. Literalmente. Suspendida en medio del océano, su famosa habitación flotante redefine por completo la idea de escaparse de todo.


The Manta Resort: una habitación submarina en la isla de Pemba

En una isla poco transitada del archipiélago de Zanzíbar, se esconde una de las experiencias hoteleras más inusuales del mundo. En Pemba, donde el ritmo lo marcan las mareas y la selva tropical cubre gran parte del paisaje, "The Manta Resort" parece sacado de una postal lejana.

Sin embargo, lo que lo distingue no está a la vista: se hunde bajo la superficie. Se trata de la "Underwater Room", una habitación sumergida en el océano Índico, única en su tipo en África. La idea nació en 2010, cuando el empresario sueco Mikael Genberg, conocido por haber creado una versión similar en un lago de Suecia, fue convocado para diseñar una estructura en mar abierto que pudiera convivir con el ecosistema local.

El proceso llevó más de dos años de planificación, ingeniería naval y pruebas en condiciones reales. Finalmente, la habitación fue construida en Estocolmo, desarmada y transportada en barco hasta Pemba, donde fue ensamblada pieza por pieza y anclada a unos 250 metros de la costa. Y desde su inauguración en 2013, se convirtió en el sello distintivo del resort.


La estructura tiene tres niveles. En la cubierta superior hay un solárium privado con reposeras, ideal para broncearse durante el día o contemplar las estrellas por la noche. En el nivel intermedio, justo al ras del mar, se encuentra una pequeña sala de estar con baño ecológico y acceso directo al agua para nadar o bucear.

Pero lo verdaderamente extraordinario está debajo: un dormitorio completamente sumergido a cuatro metros de profundidad, con paredes de vidrio templado que ofrecen una vista panorámica de 360 grados del fondo marino.

De día, el agua turquesa se filtra suavemente por las ventanas, revelando cardúmenes de peces, tortugas y hasta rayas que nadan alrededor. De noche, luces estratégicamente colocadas en el exterior atraen a la fauna marina, generando un espectáculo natural y silencioso que reemplaza cualquier pantalla. Allí, no hay televisión, ni señal de celular, ni Wi-Fi. Y no hace falta, todo está pensado para que el huésped se desconecte del mundo y se reconecte con lo esencial.

La habitación está equipada con una cama king-size, aireación natural, y un sistema de comunicación por radio con el personal del resort, que está disponible las 24 horas. Un chef privado se encarga de preparar las comidas, que se entregan por bote, y también se ofrece un servicio personalizado de cuidado y seguridad durante toda la estadía.


"The Manta Resort" también cuenta con villas y suites tradicionales sobre la playa, un spa con tratamientos locales, y un programa de actividades que incluye buceo en arrecifes vírgenes, excursiones a pueblos costeros y caminatas por los manglares.

Pero es la "Underwater Room" la que atrae a viajeros de todo el mundo en busca de una experiencia que, más que lujosa, es inolvidable. Dormir rodeado por el océano, en absoluta privacidad, es una forma de habitar el mar como nunca antes.

Fuente: Ámbito