Argentina
11 de agosto de 2020
Paulo Freyre escribió : conocer es abrir espacios de lucha
Y para conocer es preciso leer. Y para leer tiene que haber libros .Todo hotel debe tener por lo menos un libro . Y ese Libro debe ser el Libro del Hotel
Porque leer no sólo propone aprender o conocer. Un libro, cualquiera sea su origen o su formato, es muchísimo más que un conjunto de páginas ; es una experiencia intransferible que une vidas , momentos, lugares, experiencias. El libro conduce, lleva de la mano , es algo así como un guía de viaje. Tiene el mágico poder de trasladarnos en el espacio y tal vez en el tiempo ,nos contacta con escenarios impensados. En síntesis nos invita a deleitarnos con algo en apariencia tan frágil como lo es una palabra.
Y justamente es en un hotel , lejos de la presiones cotidianas ,en un entorno soñado, cuando podemos abrirnos a una nueva historia, cuando podemos escuchar el tema de la película Los Girasoles , cuando nuestro cuerpo está más cómodo , cuando nuestra vista no se muestra fatigada, cuando podemos darnos el lujo de detenernos en cada punto ,en cada coma y hasta de volver atrás en búsqueda de las hojas que dejamos.
Todo libro , como toda geografía, nos alienta, nos increpa , nos provoca , nos transforma , nos invita a la lucha, nos impulsa a cambiar algo que aceptábamos como inexorable. y a veces puede sumergirnos en cuevas ocultos pero ,si es así , también nos mostrará el camino de salida y aun nos quedarán unos instantes para considerar la propuesta.
Cuando la necesidad de estar solo es más fuerte , cuando las luces comienzan a encenderse paulatinamente , cuando el jardín parece vacío , cuando el cuarto se vuelve extraño , allí, está el libro imponiendo su presencia, pidiendo ser escogidos diciéndonos estoy aquí , no me ignoren , sáquenme de la oscuridad .
Porque la esencia de un libro es la claridad , porque allí está su esencia , la misma luz que nos espera al final de la caverna aunque a veces optemos por permanecer en ella.
Es posible que nuestros libros viajen dentro del equipaje, pero también es posible que sigan dentro de las valijas y que regresen tan cerrados como partieron
Porque con los libros sucede lo mismo que se da en el amor. No vale elegirlos hay que encontrarlos y dejar que nos sorprendan , que nos deslumbren , que nos estén esperando silenciosamente en algún sitio para seducirnos con un título , con el color del papel , con la textura de sus tapas .
Ese instante adquiere una densidad única, solo comparable a la que proporciona la llegada a un destino largamente imaginado. Mágicamente nacerá un vínculo indisoluble con los protagonistas de la historia que el libro les va a contar y ésas son las vivencias compartidas que no se olvidan. Muy por el contrario se potencian .
Y si ese libro es el Libro del Hotel , más cautivante todavía será el encuentro y a partir de ese momento su pequeña anatomía nos acompañará por los pasillos, nos mostrarán paredes que ya no están , nos enumerará uno por uno los objetos que nos rodean ,y finalmente nos invitará al spa.
Por eso una recomendación especial a todos los Hoteleros : no se pierdan esa escena que marca el comienzo de un idilio . No se priven de la imagen que ofrece un huésped al tomar contacto por primera vez con el Libro de su Hotel que permanece tal vez ignorado sobre una mesa de café.
No permitan que el pasajero se marche sin el libro firmado por Ustedes en su bolso de mano. Si eso sucede es muy probable que el viajero vuelva a reclamar las páginas que había hecho suyas-