Argentina
10 de diciembre de 2019
Mucha gente suele llevarse pequeñas cosas de los hoteles?. Los amenities del baño como jabones o botellitas de shampoo (que en unos años desaparecerán en esta batalla que se está librando contra el plástico), pañuelos descartables, algún lápiz o pantuflas descartables.
Incluso muchos recordarán a Ross, el personaje de la serie Friends? que, cada vez que se alojaba en un hotel, llenaba su valija con todo este tipo de cosas e iba más allá: se llevaba hasta la Biblia y las lamparitas de los veladores.
Pero qué pasa con otros objetos como toallas, batas de baño o secadores de pelo.
Pese a los carteles que muchos hoteles optan por colocar en el baño ofreciendo toallas y batas a la venta paras los huéspedes que se han enamorado del producto, la sustracción sigue siendo notoria.
Para elaborar un reciente informe, Wellness Heaven, una guía de hoteles y spa de lujo, preguntó a 1.157 hoteleros cuáles eran los objetos más robados: la gran mayoría de los huéspedes roban toallas (77,5%) y batas (65%). Le siguen de cerca las perchas (casi 50%), las lapiceras (39%) y los cubiertos (33,6).
El increíble asunto de los colchones
Pero hasta acá, es más o menos lo que todos suponemos, Lo interesante surge cuando los hoteleros cuentan casos más detallados, llamativos y hasta, en algunos casos, más usuales de lo que uno puede suponer. El 4,2% reveló que muchas veces sus colchones desaparecen misteriosamente de las habitaciones.
Pese a su tamaño y peso, los colchones de lujo caros no se privan de la posibilidad de ser robados. Dice el estudio que la probabilidad de robo es 8.1 veces mayor en los hoteles 5 estrellas que en los de 4. Cómo se llevan el colchón sin ser vistos es una verdadero misterio. Pero muchos hoteleros aclararon que esto solo ocurre en medio de la noche y se suelen utilizar ascensores que llevan directamente al estacionamiento.
Y hay más casos de robos increíbles. Un hotel de Berlín contó que tuvo un caso en que los huéspedes se las arreglaron para llevarse la "flor" de la ducha, un asiento del inodoro y hasta lavabo completo.
Otro establecimiento de Italia reportó el robo de su piano, mientras que e Inglaterra, un hotelero descubrió que se habían robado los números de la habitación: "No nos dimos cuenta hasta que el siguiente huésped no pudo encontrar su habitación", cuenta el director del hotel.
En un hotel en Francia, un huésped fue atrapado tratando de robar la cabeza de un jabalí. La anécdota tuvo final feliz. Tiempo más tarde sus amigos compraron la pieza del hotel y se la regalaron para su casamiento.