Argentina

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¡Escribe!

1 de abril de 2020



Todos los días se me ocurren montones de cosas que decirte. Y mira lo que pasa: Si voy a escribir un artículo en el blog, tengo entonces que crear la imagen en Canva, cargarla en WordPress, colocar el texto, trabajar las palabras clave, etc…






En mi cabeza se hace un rollo y termino no haciéndolo a la frecuencia que quiero.





Si digo, por ejemplo: "Voy a hacer un video, entonces tengo que arreglarme, armar mi set (o al menos poner el celular en trípode con lámpara), crear la imagen de miniatura, editar, subir a YouTube… uffff. Y muchas veces lo dejo a mitad de camino.





Y eso mismo me pasa con un audio podcast… que tiene todo un método más complejo que enviar una nota de voz por whatsapp.





Y entre tanta producción, muchas veces me quedo en la intención, porque me arropan las actividades de todos los días. Y termino ausente, muda, sin comunicarme contigo tanto como quisiera.





¿No te pasa a diario algo similar?





Muchas veces es necesario entonces hacer las cosas simples. Directas. Comenzar desde lo básico, ¡Y YA! Luego podremos ir escalando para hacerlo de la manera que más nos gusta. Pero que no nos detenga la sobrecarga mental. Es decir, nos dibujamos una película de cinco horas en la cabeza, y ya antes de comenzar, ya estamos cansados.





Hay niveles de ejecución y producción. Pero hay momentos también para simplemente ser y expresar, de las maneras que se nos hagan más inmediatas y sencillas. Las tareas cumplen objetivos de diferentes escalas, y cada una tiene un impacto. Comenzando por el que generamos en nosotros mismos, y luego a nuestro grupo cercano, que en estos días se ha estrechado más aún.





Hoy me desperté con la idea de que quiero hacer las cosas simples, y cuando tenga el impulso de hablar contigo, simplemente hacerlo. Solo tengo que escribir y corregir.





Algunas veces te hablaré de marketing y negocios, otras de alguna anécdota de vida (mía o ajena); te ofreceré un poco de entusiasmo o inspiración (gran petensión la mía), o buscaré recibirlos de ti.





Por eso, hoy me coloco delante de ti “sin maquillaje”. Con la palabra escrita que es lo que tengo más inmediato, y se me da de manera más fácil. Porque quiero hacerte saber que me importas, que te agradezco el que estés del otro lado hoy, durante esta cuarentena extraña, y durante todos los días restantes.





Así que… ya hablando de ti. Con esta disposición de tiempo inusual,
• ¿Qué crees que puedas hacer tú, que sea simple, inmediato, pero que tenga un impacto para ti, para tus compañeros de cuarentena, o para tu círculo más amplio?
• ¿Qué puedes expresar desde la simplicidad? Echando mano a tus habilidades, pasiones, anhelos y hasta frustraciones, pues todo esto suma gran energía para el cambio.





Tal vez valga la pena tomar un lápiz y papel (fíjate… ni siquiera el celular ni la computadora), y descargar allí lo que te venga a la mente. De forma silvestre, sin filtros, porque tu mente en estos momentos se encuentra en un estado distinto, con más frescura y descanso. Y desde ese estado mental, ocurren cosas distintas… y mágicas.





Así como los animales estás caminando libres en las calles y nadando en fuentes y ríos, mientras nosotros estamos encerrados, la creatividad también se encuentra en un estado de libertad que vale la pena aprovechar. ¡Está en su esplendor!





Y puede que tú mismo quieras contarte algo y no estés prestando atención, porque estás buscando entretenimientos, o manifestando tu aburrimiento de mil maneras, o devorando pelis en TV o Netflix (yo también tengo mi dosis de eso)





Pera esta oportunidad es única, maravillosa para un encuentro contigo. Así… cara a cara… “de panas”, como diríamos en mi país.





• Qué tal si te tomas un espacio para revisar tus motivos de vida, los profesionales… tus afectos, o para explorar la zona creativa que solías aprovechar tanto en la niñez.
• ¿Por qué haces lo que haces en esta etapa de tu vida?
• ¿Qué podrías hacer distinto a partir de ahora?… o cuando nos quiten la franja amarilla de NO SALIR.
• ¿Qué o a quién necesitas incorporar en tu fórmula de vida, para seguir en esta cruzada hacia tus sueños?
• ¿A quién complaces cada día con todo ese trajín diario? ¿A tí?
• ¿Realmente es tan rígido todo al punto de que no puedes modificar lo que no te gusta? Tal vez descubras pequeñas fisuras por donde puedes entrar a modificar algunos elementos de discordancia.
• ¡Claro que requerirá trabajo, pero posibilidades hay!





El redescubrimiento puede ser tan revelador e incitante, que tal vez no te alcance la cuarentena para tal revelación. Pero por ahora, hazlo sencillito.





¡Escribe!





Escribe Lo que salga. Date el regalo de quitarte barreras, prejuicios, temores. Que eso será sólo para ti. Pero estarás activando tus palabras internas, los sueños dormidos, las ideas que se esconden a diario por tanto ruido y velocidad.





Dale valor a esto tan sencillo de escribir. Nadie te está mirando. Es entre Tú y Tú. ¿O no es ese el mejor y menos frecuente de los encuentros?





Disfrútalo. Si lo haces de forma genuina, sera increíble lo que encontrarás.





Yo estoy por aquí. Haciéndote compañía.
Cuídate mucho, y cuida al resto.





Leticia





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