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15 cosas que casi todos hacemos en los hoteles... y luego no contamos

Venga, entonad el 'mea culpa' o el 'y yo también'.

21 de marzo de 2022

Cuando nadie nos ve y nos encontramos en un sitio en el que nos invitan a sentirnos como en casa nos tomamos esto tan al pie de la letra que llegamos a protagonizar situaciones como estas 15 que os escenificamos a continuación. Que sí, admitidlo, prometemos que va a quedar entre nosotros y vosotros: 15 cosas que (casi) todos hemos hecho alguna vez al alojarnos en un hotel.


1. Habitación con vistas al mar


Llegamos a recepción y nos encontramos con la primera contrariedad. Nosotros que esperábamos despertar todas las mañanas mirando al Mediterráneo y resulta que nos han asignado una habitación doble interior. ¿Cómo? ¿Qué? No pasa nada.Operación: "Pinocho" en marcha. Nos inventamos que al llamar para hacer la reserva nos aseguraron que nuestra 'room' estaría mirando al Océano y listo. ¿Colará o no colará? Lo sueltas mientras piensas "¿me saldré con la mía?".


2. Viaje de novios, escapada por aniversario... ¡Marchando una suite nupcial!

Al menos eso es lo que quien más y quien menos ha intentado para que le dejaran un apartamento especial o, en su defecto, para que nos agasajaran con un cisne hecho con toalla encima de la cama y unas fresas y champán para celebrar un 'sí, quiero' que nunca ha tenido lugar. Y si lo tuvo fue hace años....



3. NO sin wifi.

Nos da igual el tipo de pensión que contratemos, si tenemos vistas a la playa o a un oscuro patio interior, si está más o menos céntrico pero con Internet no se juega, ¿eh? Cuando empiezas a buscar alojamiento el primer filtro que pones, sí o sí, es si hay conexión a la Red. ¿Cómo voy a irme de vacaciones y no dar envidia a mis amigos subiendo fotos a Facebook?



4. Colar a alguien en la habitación.

Está claro que la culpa no es nuestra, ¡han sido las circunstancias! Pudo pasar que llamaramos para pedir una triple o una supletoria por un acompañante de viaje inesperado y nos dijeron que no había. También pudo ocurrir que saliéramos de marcha, volviéramos con un ligue y, ¡pobre! ¡No podíamos dejarlo en la calle! El caso es que intentas por todos los medios pasar desapercibido por el recepcionista y miras hacia atrás todo el rato hasta que ya estás en tu habitación. ¡Modo 'paranoico' ON!



5. Fumar a escondidas, como si volviéramos a tener 15 años.

Sacar un 'piti' en lugares donde no está permitido. No quedaban plazas para fumadores y eres incapaz de pasar más de 15 minutos seguidos sin 'echarte' un cigarro. Para quienes hayan vivido esta situación, puede que en más de una ocasión os haya sorprendido la alarma antiincendios. Torpes e incautos del mundo, es complicado engañar a la tecnología. ¡Avisados quedáis!



6. Guardar a diario los jabones, geles y otros 'amenities' para que los repongan diariamente...

Y volvamos a casa con la bolsa de aseo llena de botes y tarros. Es increíble lo que puede gustarnos una pastilla de jabón o un envase con champú. Da igual que sea de marca blanca, que resulte imposible lavarse el pelo con eso. ¡No importa! El caso es volver con más cosas de las que llevamos.



7. Toallas limpias a diario. 'Para eso estamos pagando'.

No importa que solo las hayamos usado una vez y que estén relucientes. No pasa nada si esto supone un gasto innecesario de energía y derroche de agua que podría evitarse. El caso es que hemos abonado nuestra estancia en este hotel y queremos exprimir al máximo sus servicios. Este punto no debería hacernos tanta gracia. Cada vez son más las cadenas hoteleras y los establecimientos que apuestan por informar a sus clientes de la importancia de una adecuada gestión de los recursos para evitar, como ya reseñamos, un gasto evitable de agua o de otro tipo de fuentes de energía.



8. ¡Esta hamaca es mía!

Hacer una especie de 'reserva' de una tumbona en la piscina dejando desde la mañana hasta el anochecer una toalla que la cubra. Falta dejar un cartel que ponga 'este sitio es de Pepito Pérez'. Y encima seguro que eres de los que te reías viendo cómo los turistas dejaban plantada su sombrilla en Benidorm a las siete de la mañana para tener cachito arena...



9. Aire acondicionado 24 horas de forma ininterrumpida.

'¿Y lo fresquito que está el dormitorio cuando llegamos de una excursión?' No se trata de que queramos ayudar a la compañía a ahorrar pero sí de tener sentido común y no hacer aquello que jamás se nos ocurrirá llevar a la práctica en casa. Hoy en día los equipos de aire acondicionado acondicionan cualquier estancia en apenas unos minutos. No es necesario que esté funcionando horas y horas sin que haya nadie en ella.


10. Arrasar en el buffet como si fuera la última comida de nuestra vida.

Desayuno, almuerzos y cenas en los que terminamos sirviéndonos unos cuantos primeros, otros tantos segundos y probando todos los postres del restaurante. Luego llegan las lamentaciones: "ay, que he vuelto de vacaciones con tres kilos de más". A continuación, los desayunos ya en casa a base de café con sacarina y una manzana. En ocasiones me pregunto qué deben pensar los camareros del buffet al ver cómo nos abalanzamos -algunos más que otros- a las estanterías, mesas y expositores, ¡no sea que se acaben los pasteles!



11. Hacer la compra en el buffet libre.

Que toca excursión, pues en el desayuno nos metemos en el bolso bollería, fruta, yogures y todo lo que podamos camuflar. '¡Es que todo esto ya lo hemos pagado!', nos decimos los unos a los otros. Mucho cuidado si no queréis poneros más rojos que el tomate que lleváis en el bolsillo derecho, pues pueden llamaros la atención.



12. Comer encima de la cama, un gustazo total.

Habrá quien diga que para eso está el servicio de habitaciones... Que sí, que sí, excusas las que queramos, pero es que en los dormitorios suele haber mesa por si queremos cenar y seguro que muy poquita gente se irá con la bandeja al dormitorio para echar miguitas y restos de comida en sus sábanas. Como estamos en un hotel, tenemos que sentirnos como en casa pero no lo estamos y nadie nos ve, pues todo vale.



13. El minibar, esa nevera que jurarás no haber abierto en tu vida.

Has consumido alguna que otra cosa sin reparar en el precio y a última hora decides o bien reponer lo que has tomado, comprándolo en un kiosco de la calle, o bien negarlo todo a la hora de abonar las consumiciones. Probablemente te mirarán con mala cara, tal vez te hagan enrojecer de vengüenza o puede que decidan pasarlo por alto. Dependerá probablemente del coste de la gracia...


14. Hacemos las maletas y decidimos llevarnos un souvenir.

¡Es que son tan suaves las toallas! ¡Es tan cómodo el albornoz! ¡Y qué bien se duerme en la almohada! Muchísimos hoteleros denuncian hurtos en sus establecimientos y entre los 'favoritos' de los amigos de lo ajeno están estos objetos.



15. Nos falta tiempo para dejar lo que no nos ha gustado del hotel en webs y foros de viajeros...

Nos parece bien, lo negativo y lo positivo, los clientes tiene todo el derecho del mundo a opinar, ¡pues claro que sí¡Y por último queda lo más importante hacer tu reserva... Si buscas Hoteles baratos puedes visitar nuestra web, y si además necesitaras el transporte también te ofrecemos vuelos al mejor precio y billetes de tren.Contenido relacionado: Hoteles clásicos en España y mucho más original 7 hoteles de hielo que te van a dejar helado ...


Fuente: Rumbo