Hace tiempo escuchamos hablar sobre el empoderamiento de la mujer, sobre las actividades de integración de la perspectiva de género y promoción de la sensibilidad internacional sobre las oportunidades de ella en el turismo. También escuchamos hablar del empoderamiento económico de las mujeres a través de asociaciones con diferentes empresas, cadenas hoteleras, cruceros, y otras.  

Existen desigualdades en el sector turístico como la brecha salarial o la escasa participación de la mujer en puestos de alta cualificación. 

Es necesario aclarar algunos términos para entender mejor la situación y abordar soluciones claras al respecto: uno de ellos es el de género: entendido como una construcción Social que se organiza a partir de caracteres diferenciados: anatómicas, roles competitivos y atributos es una categoría Relacional y una forma de auto percibirnos, Hombres mujeres, trans, etc. 

En nuestra Sociedad hace siglos que existe un Contrato sexual donde se jerarquizan las relaciones sociales en base a diferencias de género, el hecho de que los géneros están jerarquizados hace que existan relaciones de poder desiguales entre hombres y mujeres.  

Esto explica en alguna medida por qué: Hasta antes de la década del 50 en Argentina la mujer no tenía derecho a voto, si no recién desde el año 1947.  Esto explica por qué la primera mujer universitaria obtuvo su título 200 años después a la creación de la primera Universidad Argentina. Esto explica por qué las mujeres tienen los peores trabajos, menos remunerados, precarios e informales. Y esto explica por qué cuesta tanto acceder a puestos de jerarquía.

 El contrato Social funciona como un Patriarcado como un sistema de Dominación social, a lo largo de la historia. 

La primera doctora argentina, Cecilia Grierson (1859-1934)

En cuanto al mercado laboral: existen tareas Productivas: realizadas casi en su totalidad por el hombre, fuera del entorno doméstico y que además recibe una contraprestación por ellas, y existen tareas reproductivas realizadas casi en su totalidad por mujeres, en el ámbito de la casa como, por ejemplo: cuidado de los niños, lavado, planchado, aseo del hogar, que por lo general no se visibiliza como trabajo.

 A lo largo de los años las mujeres han ampliado esos derechos y han avanzado en la lucha por más y mejores condiciones de trabajo, pero aún así existen amplias desigualdades y ello lo vemos en las tazas de empleo: mientras las mujeres acusan un porcentaje de 40%, el  60 % corresponde al hombre, y si vemos las tazas de desempleo: el número mayor es de mujeres, un 70 % a un 30 % los hombres, de esto se desprende un nuevo concepto que es el de la feminización de la pobreza. 

En cuanto a tares informales, precarias y menos pagas las mujeres estamos 20 puntos por arriba de los varones, a lo que tenemos que sumar una brecha salarial que va entre el 25 y 27 % que demorara entre 50 y 70 años en equipararse si es que se logra. 

Para finalizar hoy se habla de Techo de cristal, que se refiere a las limitaciones que tienen las mujeres para acceder a puestos de jerarquía y están directamente vinculadas a nuestra particular inserción en el mercado laboral, si bien es cierto cada vez son más las mujeres que acceden a puestos jerárquicos los números son contundentes, hoy en Dirección de empresas 

tenemos el 4, 1 % de mujeres, y un 5, 8 % de varones,  Jefes de trabajos : mujeres 1,3% hombres 2,6 % . mercado asalariado: mujeres  74,4 % y varones: 65,4%.  Cuenta propia: 19, 5% mujeres, y 23,8 % varones. Solo uno de cada cinco Ministerios de Turismo está dirigido por mujeres.

Cuestiones como estas hacen que hoy las mujeres decidan retrasar la maternidad por cuestiones profesionales, con la intención de poder equiparase y tener mejores condiciones de trabajo, persiguiendo la igualdad y la equidad,  es necesario que existe una corresponsabilidad o responsabilidad compartida entre el hombre y la mujer, donde puedan acordar cuestiones domésticas y cuestiones de trabajo, donde puedan verse como pares, pero sin olvidar la perspectiva de género. 

 Paralelo a ello esto debe ir apoyado de políticas públicas tendientes a achicar esas brechas que aun hoy, en pleno siglo XXI no hemos podido achicar. A mis colegas del Turismo, aun falta mucho por hacer, con trabajo y responsabilidad por nosotras y las generaciones futuras, honremos nuestra profesión.