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La Cámara Federal de Casación Penal reabrió el caso por lavado de dinero contra Cristina Kirchner, su hijo y supuestos cómplices como Lázaro Báez y Cristóbal López.
18 de septiembre de 2023
Cuando Cristina Kirchner fue condenada por corrupción en caso Vialidad, el Tribunal sostuvo -de forma unánime- que la vice se benefició con Austral Construcciones, la firma de Lázaro Báez. Los beneficios que recibió de la compañía posibilitaron "el incrementó de su patrimonio" gracias a las rutas con sobreprecios y los contratos celebrados con el dueño del Grupo Austral, muchos de lois cuales se hicieron con la inmobiliaria Los Sauces y a la empresa Hotesur. Todo el dinero volcado a lo que la justicia calificó como "contratos simulados" y durante la instrucción de los casos Hotesur y Los Sauces se investigó como lavado de dinero, tuvo como único origen las irregularidades en las obras viales.
Los negocios hoteleros como inmobiliarios entre la vicepresidenta y Lázaro Báez, serán analizados por un tribunal en la instancia de juicio. Así lo decidió la Cámara de Casación en un fallo unánime. Sin embargo, a Cristina Kirchner le queda la instancia final de queja ante la Corte Suprema, para impedir que una vez más, la sienten en el banquillo de los acusados.
Cristina y Báez mantuvieron un estrecho vínculo comercial mientras él era proveedor del Estado a través de la obra pública vial. En los fundamentos de la condena que los dos comparten en el caso Vialidad, los jueces eligieron otra expresión para describir esa relación que tuvo como caja principal al erario público: hablaron de "lazos promiscuos", que no distinguían el interés de lo público con lo privado.
"En 2007, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner asumió la Presidencia de la Nación. En 2011 fue reelecta hasta el año 2015. Durante ese período temporal, junto con Lázaro Báez celebraron múltiples negocios privados que redundaron en constantes ganancias para la ex Presidenta", indicaron los integrantes del TOF 2 que condenaron a la vice por administración fraudulenta. El daño ocasionado al Estado se estimó en 85.000 millones de pesos.
El circuito corroborado funcionaba de la siguiente manera: Báez cobraba irregularmente montos millonarios del Estado nacional, no sólo en concepto de lo que se consignaba en los pliegos licitatorios, sino también a través de las diversas modificaciones de plazos y montos que fueron definidos como sobrecostos por los fiscales del juicio.
Ese dinero, explicó la justicia se "destinaba a operaciones privadas con la ex Presidenta de la Nación, quien permitió y facilitó la erogación de ese dinero guiada por un claro interés personal".
Según la argumentación judicial, Cristina Kirchner proveía "el beneficio económico de las empresas del Grupo Báez, que eran contratadas para ejecutar las obras públicas viales". "O lo que es igual, de las empresas comandadas por el sujeto con quien la propia ex Presidenta y su familia realizaban negocios inmobiliarios y hoteleros mientras, en forma simultánea, se ejecutaba la maniobra de defraudación en perjuicio de los fondos públicos nacionales destinados a dichas obras públicas".
El destino final de ese dinero, era "en parte, las empresas familiares de la ex Presidenta". La referencia es hacia Hotesur -la firma dueña del hotel Alto Calafate- y Los Sauces, la inmobiliaria.
Los fiscales Diego Velasco -que acusa ante el TOF 5- y su par ante la Casación Federal, Mario Villar, coincidieron en plantear que los contratos celebrados fueron "simulados" y que las dos empresas no tenían fines comerciales reales, sino que fueron utilizados para operaciones de blanqueo.
Todos los contratos celebrados entre las empresas del Grupo Báez y las firmas de la familia Kirchner se celebraron en el mismo período en el que el contratista recibía sistemáticamente obra pública vial. El dato no es menor para la justicia: el holding recibía dinero de una sola fuente, el Estado.
Los negocios con Los Sauces SA
El detalle citado por el Tribunal Oral Federal 2 en los fundamentos de su sentencia en el caso Vialidad refiere a compraventas de inmuebles, fideicomisos para construcciones, permutas y préstamos dinerarios, pero señalaron que los importantes de resaltar eran "especialmente aquellos de más extensa duración".
Por ejemplo: hubo operaciones realizadas con otras constructoras del grupo Báez, como un terreno cedido por Cristina a su inmobiliaria familiar Los Sauces (a título de aporte irrevocable), en el que firma Loscalzo y Del Curto construyó un edificio de cuatro departamentos que, posteriormente se entregó en locación a Kank y Costilla SA. Todas esas eran empresas de Lázaro Báez.
"Recordemos que en virtud de ese concepto la sociedad familiar le facturó a Kank y Costilla 1.652.422,46 pesos sin IVA por el período que va desde enero de 2009 hasta octubre de 2015. Una relación de larga data y por demás fructífera para la sociedad conyugal de los ex Presidentes", se explicó.
Además, se firmó un fideicomiso para la construcción de unos departamentos que se inscribieron a nombre de Los Sauces para después ser alquilado por dos empresas de Báez.
Otro complejo de departamentos de la inmobiliaria, construidos por Austral Construcciones, fueron alquilados a la firma de Lázaro.
Mientras Austral Construcciones se imponía en cuanta licitación se presentaba, la firma de Báez pagó sólo en concepto de alquileres 40 millones de pesos a los ex presidentes. Además, permutó un terreno tasado en 14,7 millones de pesos con la vicepresidenta y compró diez propiedades por 2 millones de dólares.
Los hoteles, otra fuente de dinero
La justicia también puso la lupa sobre "los contratos celebrados para la locación y explotación de tres hoteles ubicados en la provincia de Santa Cruz", se señaló.
Entre los años 2008 y 2009, Néstor Kirchner y sus empresas Hotesur y Los Sauces encomendaron el gerenciamiento de los hoteles Alto Calafate, Las Dunas y La Aldea del Chaltén a la empresa Valle Mitre, de Lázaro Báez. En su alegato, el abogado de Cristina Carlos Beraldi había simplificado todo: "unos alquilaban y otros pagaban". Pero los jueces desecharon esa explicación.
Esos alquileres se "acordaron en sumas realmente significativas, superiores en conjunto a los cien mil dólares mensuales y por montos finales millonarios en pesos". Esto, añadieron, "no sólo les permitió a sus dueños neutralizar todo riesgo inherente al rubro (turismo) sino que, principalmente, les aseguró el sostenimiento de un emolumento constante sin contingencias posibles".
Por ejemplo, en diciembre de 2007 Austral le prestó a los ex presidentes 8.329.596,60 pesos. Esos fondos permitieron concretar la adquisición de Hotesur, dueña del hotel Alto Calafate, en febrero de 2008. Hacia mayo del mismo año, firmaron un contrato de locación con Valle Mitre, propiedad de Báez.
Pero la vicepresidenta señaló que es "falso que tales contratos representen supuestos retornos en favor de la familia Kirchner, pues son actos en los cuales se intercambian prestaciones recíprocas".
Números cuestionados
Desde 2009 a julio de 2013, el empresario condenado por lavado de dinero pagó a la ex presidenta 27.592.110 pesos a través de Valle Mitre, por la explotación del hotel Alto Calafate, la hostería Las Dunas (que originalmente perteneció a Lázaro Báez y la vendió a los Kirchner para después alquilarlo) y La Aldea de El Chaltén, que se construyó sobre un terreno a nombre del dueño del Grupo Austral.
El alquiler del Alto Calafate incluyó otro valor significativo: entre 2010 y 2011, el 50% de lo facturado por el complejo turístico fue gracias a seis empresas de Báez que alquilaron habitaciones y el salón de conferencias del lugar. Una misma caja. Abonó más 6.829.240 pesos hasta 2013, después pagó 2.937.672 pesos.
A esos acuerdos, que para la defensa sólo fueron negocios del ámbito privado, se debe sumar el alquiler de habitaciones por parte de siete empresas del Grupo Austral, garantizando ingresos por 11 millones de pesos. Muchas de esas habitaciones, además, jamás se usaron.
¿De dónde provenían los ingresos de Valle Mitre y de las demás empresas de Báez? de Austral Construcciones. La compañía que recibía contratos viales, proporcionaba dinero a las demás empresas del Grupo, y después estas "emitían cheques a favor de los hoteles de Cristina Kirchner", sostuvo la fiscalía encabezada por Diego Luciani en el juicio dde Vialidad. Hubo créditos internos de la constructora por 71 millones de pesos, y Kank y Costilla -otra firma del Grupo Báez- también aportó 1.8 millón de pesos.
Fuente: Clarín