El gran acto inaugural fue el 16 de diciembre de 1938, hace justo 86 años. En aquel momento había una gran expectativa con una gran campaña publicitaria y muchas personalidades.

La propuesta de la Compañía de Hoteles Sud Sudamericanos, subsidiaria de la empresa ferroviaria Buenos Aires al Pacífico, capturaba la atención con su esplendor arquitectónico y su entorno natural majestuoso en medio de la Cordillera de los Andes y a orillas de las nacientes del río Atuel.

Su imponente soledad, a 60 kilómetros de El Sosneado y a 2180 metros sobre el nivel del mar, lo convertían en un espacio único con una pileta termal al aire libre y con aguas sulfurosas buscadas por sus supuestas propiedades curativas y milagrosas.

Construido en un estilo arquitectónico que combinaba influencias europeas con elementos locales, el hotel se erigió como un ejemplo de lujo y sofisticación en medio de la imponente belleza de alta montaña sanrafaelina.

DEL LUJO AL CIERRE

Al Hotel Termas del Sosneado lo concibieron para ser un destino de lujo en un paraíso natural, pero -a pesar de su prometedor inicio- el hotel terminó abandonado en 1953.

"Las lujosas instalaciones quedaron desiertas, aunque algunos cuidadores permanecieron allí por un tiempo. Hoy en día, solo quedan las ruinas del hotel, que se han convertido en un punto de interés para los aventureros y turistas que se atreven a explorar la zona", destacan desde Mendoza Antigua.

Actualmente, las ruinas del Hotel Termas del Sosneado continúan siendo una referencia para los amantes del turismo histórico y de la belleza natural, demostrando que el esplendor de épocas pasadas sigue teniendo un impacto significativo en el presente.

Fuente: Diario San Rafael