El Hotel Hubertus -que tiene vistas a la ciudad de Valdaora en el norte de Italia- es un espacio donde la experiencia del bienestar está literalmente flotando todo el tiempo en el aire. El complejo turístico, que cuenta con un sector de spa y que lleva el sello arquitectónico de Noa Network, parece un edificio flotante al revés.

Lukas Rungger, el arquitecto principal del proyecto y cofundador de Noa, sostiene que la esencia de la obra es trastornar los horizontes. "Los visitantes del spa experimentan una variedad de vistas en constante cambio en las áreas de bienestar, donde sus perspectivas se modifican constantemente, ya sea que estén acostados en la sauna, sentados en el área de relajación o flotando en la piscina". Oficialmente llamado Hub of Huts, el proyecto se completó en junio pasado.

La sensación de estar suspendido en el aire

Alex Filz Photography

"Vertiginoso y suspendido en un vacío alpino, el objetivo era reimaginar la experiencia de observación del paisaje", explica el arquitecto. La fachada del spa está colocada de manera que se refleja en una piscina infinita, también diseñada por Noa, y está suspendida a 15 metros sobre el nivel del suelo, sostenida por dos pilares revestidos de troncos de alerce. Toda la plataforma se extiende hacia afuera unos 20 metros, flotando en el aire.

La vista a las montañas desde el sauna

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Una pasarela, también suspendida en el aire, lo conecta con un área de relajación acristalada de nueva construcción que puede acomodar hasta 27 personas. En la plataforma, las estructuras individuales con techo a dos aguas albergan instalaciones de bienestar. Todo allí parece estar desafiando a la lógica. Una experiencia que por momentos parece onírica o surrealista.

Con vista a las montañas

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Por supuesto, su punto culminante visual son los techos de dos aguas invertidos, que se extienden hacia abajo desde el nivel inferior de la plataforma, dando al horizonte la apariencia de una rotación de 180 grados. El sorprendente resultado recuerda a una impresión de Escher, donde la estructura de ensueño sigue un juego de inversiones en perspectiva y acrobacias de ingeniería.

El spa es una extensión del hotel

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Un lugar donde los sentidos pierden sentido

"El nivel inferior de la plataforma provoca una sensación de cierta dislocación. A medida que desciendes, la temperatura sube y el ambiente se vuelve más protegido. Se siente como un descenso al centro de la Tierra, con todo al revés", dice el arquitecto Gottfried Gruber, quien supervisó el proyecto.

Una de las piscinas con borde infinito

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En la planta superior hay dos jacuzzis, dos duchas panorámicas y un vestuario, expuesto al aire libre. La planta baja es un área libre de ropa, y la parte interior central alberga el vestíbulo. En las instalaciones también hay un sauna suave, un sauna finlandés, una ducha a ras de suelo, una ducha de vapor frío y una tercera piscina al aire libre, donde los asistentes al spa pueden contemplar todo el paisaje circundante.

La pileta exterior

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Los colores y materiales del spa se inspiraron en su ubicación. Los paneles de aluminio en tonos marrones naturales cubren las cabinas individuales, las persianas protegen las ventanas y ocultan el grosor de la plataforma, y los pisos están cubiertos con baldosas de cerámica de color beige claro. En la sala de relax, el suelo es de roble blanco aceitado. El producto final es tanto un ejemplo de arquitectura que desafía la gravedad como un testimonio de lo que se puede crear cuando los diseñadores piensan en sintonía con el entorno natural.

La pasarela por la que se conecta el spa con el hotel

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