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Los hoteles de lujo en Madrid suben la noche a 520 euros y rebasan a Barcelona

La llegada de marcas como Four Seasons, Marriott o Rosewood dispara las tarifas

6 de febrero de 2023

En 2019 pasar una noche en hotel de lujo en Barcelona podía costar entre 300 y 400 euros por habitación. Pese a llevar dos años con una moratoria turística que impedía la construcción de nuevos activos y que solo permitía la rehabilitación de inmuebles ya existentes, la tarifa seguía creciendo de forma exponencial ante una demanda que no encontraba techo y que tocó máximos históricos en 2019, con 83,7 millones de viajeros a España y 19,3 millones a Cataluña (un 23% del total), un récord difícil de superar. En esa misma época, la tarifa media de los hoteles de lujo de Madrid se situaba por debajo de los 300 euros de media.

Solo tres años después, la fotografía es radicalmente diferente. El precio medio en Barcelona no rebasa los 400 euros mientras que en el caso de Madrid supera ampliamente ese umbral y alcanzó máximos en el arranque de la última temporada alta con 520 euros. Los datos de la consultora británica STR revelan que 2022 ha sido el primer año de la serie histórica en el que el precio de los hoteles en Madrid ha superado con holgura a los de Barcelona en todos los trimestres. Todo ello pese al profundo impacto de la ola ómicron en Madrid en el primer trimestre (uno de los más fuertes para el turismo urbano y los viajes de largo radio de los que depende ) y de que el tercer trimestre es especialmente bueno para Barcelona por ser uno de los destinos vacacionales más visitados de España.

El precio medio en Barcelona no superó los 400 euros y en Madrid llegó a 520 euros

En el primer trimestre de 2022, la brecha de precios por habitación a favor de Madrid fue de 115,6 euros, en el segundo fue de 117,6 euros (el precio medio en Madrid tocó techo con 520 euros), en el tercero fue de 62,75 euros (es el trimestre de mayor demanda en Barcelona) y en el cuarto llegó al máximo anual con 130 euros.

¿Por qué se ha producido esa revolución? Las fuentes consultadas por Cinco Días apuntan a dos argumentos. El primero es la llegada de las grandes marcas internacionales a Madrid (Rosewood, Marriott, Four Seasons o Thompson) a la que se han sumando las ambiciosas reformas realizadas en el hotel Ritz (Mandarin Oriental) o el hotel Santo Mauro (AC Hoteles). En el otro lado, la planta hotelera de Barcelona ha estado condicionada por la moratoria hotelera en vigor desde 2017, que en gran medida ha impedido a los inversores tener acceso a ubicaciones céntricas para sus proyectos.


Fabián González, fundador de la consultora Forward, especializada en turismo de lujo, apunta al favorable clima para la entrada de marcas internacionales de lujo en Madrid frente a los problemas generados en la capital condal. "No todos los activos que existían en la actual planta hotelera de Barcelona se adecuaban a las necesidades y los estándares de esas grandes marcas y además la norma te obliga a edificar un 20% menos de superficie. Un obstáculo difícil de solventar en los proyectos de gran lujo en el que las dimensiones son claves". González apunta a que no solo se ha producido el sorpasso en los precios, si no también en el valor de los activos. "El precio medio de compra de una habitación de lujo en Madrid entre 2019 y 2022 fue de 739.000 euros mientras que en el caso de Barcelona baja a los 654.000 euros", recalca.

2022 fue el primer año de la serie histórica en el que Madrid superó a Barcelona

Albert Grau, codirector de la división de hoteles de Cushman & Wakefield en España, considera que la divergencia de precios se debe a la actual configuración de la planta hotelera en Barcelona. "Los propietarios que querían vender ya lo han hecho y los actuales propietarios de hoteles, en su gran mayoría empresarios familiares, no quieren vender ni desprenderse de la gestión del negocio por el buen momento de ventas y por la fuerte apreciación de los activos", asegura.

Desde la consultora hotelera Christie&Co creen que también se ha producido un cambio de tendencia en Madrid. "Históricamente era un destino de turismo de negocios, que se caracteriza por ofrecer flujos de demanda durante todo el año, pero con un límite en precio. No obstante, en los últimos años la demanda de ocio, y sobre todo la internacional, ha crecido exponencialmente, lo que ha resultado en un aumento de precios constante".

Fuente: El País