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La curaduría de la experiencia del huésped

Nuestro objetivo es impactar positivamente en la vida de nuestros huéspedes, ofreciéndoles momentos memorables que perduren mucho después de que se hayan ido.

9 de febrero de 2024

Un curador de arte selecciona obras y las organiza en una exposición para construir un mensaje específico de manera impactante. En la hospitalidad, el proceso de curaduría busca crear un ambiente que evoque emociones, eligiendo cada elemento con precisión para contar una historia memorable y satisfactoria.

Tal como el curador, colaboramos con equipos diversos para diseñar y ejecutar experiencias que sorprendan y deleiten a nuestros huéspedes, creando conexiones emocionales y recuerdos duraderos.

Algunas pautas para aplicar un proceso de curaduría en la hospitalidad:

Entender al "espectador" (huésped): Al igual que un curador comprende a su audiencia, los profesionales de la hospitalidad deben entender a sus huéspedes. Esto implica conocer sus expectativas, preferencias, necesidades y aspiraciones. La creación de perfiles de clientes puede ayudar a adaptar la experiencia a diferentes tipos de huéspedes.

Definir la narrativa de la experiencia: Al igual que una exposición de arte tiene una narrativa o tema, la experiencia del huésped debe tener una historia que contar. Puede basarse en la historia del lugar, la cultura local o incluso en la identidad de la marca del hotel. Definir esta narrativa guiará la selección de elementos que se incluirán en el diseño.

Selección cuidadosa de elementos: En lugar de simplemente ofrecer una acumulación de características y servicios, la curaduría implica seleccionar cuidadosamente cada elemento de la experiencia del huésped. Desde la arquitectura y el diseño de interiores hasta la música ambiental y la gastronomía, cada detalle debe contribuir a la narrativa y objetivos establecidos.

Coherencia en el diseño: La coherencia es clave en la curaduría. Los elementos seleccionados deben trabajar juntos para crear una experiencia fluida y armoniosa. Esto incluye la consistencia en el estilo, la paleta de colores, los materiales y la comunicación visual en todo el entorno del hotel.

Considerar todos los sentidos: Así como una exposición de arte, la hospitalidad debe abordar todos los sentidos. Esto implica cuidar la calidad de los aromas, la textura de los materiales, la música ambiental y la presentación visual. La sinestesia puede enriquecer significativamente la experiencia.

Flexibilidad y adaptabilidad: Aunque la curaduría implica una cuidadosa planificación, también es importante ser flexible y adaptable. Los huéspedes pueden tener necesidades y expectativas cambiantes, y es fundamental estar preparado para ajustar la experiencia según sea necesario.

Solicitar y utilizar retroalimentación: Al igual que un curador puede aprender de la reacción del público a una exposición, los profesionales de la hospitalidad deben buscar y utilizar la retroalimentación de los huéspedes. Esto permite ajustar y mejorar continuamente la experiencia.

En última instancia, la curaduría en la experiencia del huésped no solo se trata de ofrecer momentos efímeros de placer, sino de cultivar conexiones profundas y duraderas que trascienden el tiempo y el espacio

¿Qué historias queremos contar a través de nuestros espacios y servicios? ¿Cómo podemos enriquecer la vida de nuestros huéspedes más allá de su estancia con nosotros? ¿Cómo podemos mejorar continuamente para superar las expectativas y dejar una impresión perdurable en aquellos que confían en nosotros para crear experiencias memorables?

En estas preguntas radica el desafío y la promesa de la curaduría en la hospitalidad: una búsqueda constante de la excelencia que transforme lo ordinario en extraordinario y lo fugaz en eterno

Autor: Julián Grano