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Tormenta de emociones en la hotelería.
4 de agosto de 2025
Por Roberto Salvi.
Para estos tiempos es aconsejable hacerse, en forma íntima, privada y reservada, la pregunta de nuestro título. En principio solo para un contexto propio.
La prueba de fuego la tenemos con la hospitalidad sobre nuestro cuerpo, siendo huéspedes en movimiento.
¿Cómo aplicamos los principios aprendidos sobre nosotros mismos ? ¿Cómo alojamos el Amor en nuestro cuerpo ? ¿Cómo cuidamos nuestra salud mental ?
Luego de la introspección y la búsqueda de un nuevo equilibrio, pasamos a lo comunitario, a la hospitalidad en la hotelería.
Aquí todo es un replanteo y no se quedará quieta el agua durante un tiempo... será como el mar: un movimiento continuo.
Debemos mover, con fuerza, la acción interactiva con el huésped, pasajero, viajero o turista. Hay que sentir mucho el sol en nuestro Ser Interior para abrir el cerrojo de la hospitalidad, llegando a cada uno en forma armoniosa y con un formato equilibrado. ¿Fluirá naturalmente o requerirá de gimnasia previa ? ¿Quién o qué activará la genética natural de brindarse, atender, orientar, guiar, acompañar.... ?
Hay un quiebre donde se mueven actores adormecidos y actores con bríos, más exultantes. En la práctica del día a día, uno de ellos, hace la diferencia.
La mayoría de las definiciones dicen que la hospitalidad es un sentir biológico interno que no hace sociedad ni maridaje con la mente, que el brindarse es un regocijo para el alma. Solo ajustamos las formas con el transcurso del tiempo y transmitimos a otras generaciones el aprendizaje logrado.
Debemos despertar nuevas semillas de hospitalidad para quienes comienzan este nuevo ciclo dentro de la pirámide y organización hotelera.
Nos vamos acomodando internamente con nuestras emociones y sensaciones. Creo que es tan infinito el concepto de hospitalidad que cada uno tiene una visión y acción distinta. Nos hicimos más humanos volviendo a las raíces e interpretamos los conceptos de otra manera.
¿ Cuál es entonces el verbo para conjugar la hospitalidad ?
¿ Amar ? Sí y profundamente la tarea de servir.
¿ Alojar ? Sí y ser el mejor anfitrión.
¿ Guiar ? Si y orientar sin especular.
¿ Cuidar ? Si y proteger con los mejores consejos.
Agregar a este Crisol los condimentos que Ud. pueda crear con su magia y estilo, transformándose en el farol que cada pasajero, huésped o turista buscará.
Y a seguir adelante...hasta la próxima tormenta.