Argentina
25 de mayo de 2020
Por Leonardo Wagner (*), director ejecutivo de Parque Industrial La Bernalesa
El trabajo a distancia llegó para quedarse, aunque muchas pymes todavía no han advertido la potencia que estos desarrollos tecnológicos imponen en la motivación de los trabajadores.
La gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas no han puesto en marcha esta opción, aún a dos meses de haber comenzado el aislamiento social preventivo y obligatorio. Esto genera estancamiento en la producción y fábricas paradas. Sin embargo, tenemos muchas oportunidades aún para poner en valor los recursos y la flexibilidad que ofrece el teletrabajo. Nuevamente la frase toda crisis abre una oportunidad es aplicable a esta situación, en donde las pymes se han visto sumergidas en la búsqueda de flexibilización del concepto de que "sólo se trabaja en la oficina".
La mayoría de las empresas no cuentan con software de video conferencia ni gestión remota. Es decir, que prácticamente no aplican el trabajo a distancia ni herramientas de operación electrónica automática. Pero ¿cuál es el argumento? Que no son prioridad, que los costos resultan altos y que no alcanza la rentabilidad del negocio para la implementación de esta metodología. Para el empresario pyme, lo importante es pagar sueldos, impuestos y que lleguen sus productos al mercado. También está el mito de no tener control sobre los colaboradores: el miedo a pensar que perdemos el control a la distancia, de lo que creemos controlar de forma presencial.
El camino de trabajar a distancia es en definitiva continuar trabajando juntos para aportar al desarrollo de la industria, de las pymes, del estado, del progreso y de la economía. Estas nuevas actitudes están teniendo un efecto en las organizaciones, obligándolas a adoptar estos cambios; hoy acelerados por la urgencia. Sería beneficioso, y un gran incentivo, que el Gobierno acompañe con reducción de carga fiscal a todos las pymes que apliquen esta forma de empleo.
Cómo implementamos el Teletrabajo desde Parque Industrial La Bernalesa
En el Parque Industrial La Bernalesa, el COVID-19 nos obligó contra reloj a poner en marcha el teletrabajo. A la semana de decretarse la cuarentena, el 60% de nuestros colaboradores comenzaron a trabajar desde su hogares. Si bien nuestra actividad estaba eximida, se decidió sólo conservar empleos presenciales estrictamente necesarios. Armamos parámetros de reportes, desarrollamos controles nuevos y cada supervisor modificó la forma de control y de asistencia de sus trabajadores.
El resultado fue asombroso. El nivel de compromiso se vio incrementado, al igual que la productividad. El costo de la implementación fue mínimo y el rechazo al cambio, nulo. De no haber existido esta oportunidad, el cambio seguramente hubiese sido mucho más lento.
Por ello estamos evaluando la implementación de profundas modificaciones en los procesos entendiendo que habrá una mejora de la productividad de todos aquellos trabajadores que puedan llevar adelante estas nuevas prácticas.