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El hotel de Río de Janeiro que soñó estar en la Costa Azul

Representa tan bien la idiosincrasia de la ciudad como el mismísimo Corcovado. Más de 100 años después de su apertura, 'el Copa' nunca ha lucido mejor.

28 de abril de 2025

Construido en 1923 a imagen y semejanza de las grandes propiedades hoteleras que empezaban a resurgir en la Riviera Francesa, la Belle Epoque también se apoderó de la playa de Copacabana, en Río de Janerio, con la apertura del Copacabana Palace, a Belmond Hotel. Más de cien años después, el 'Copa' sigue siendo el protagonista de su propia película, con un esmerado servicio, una arquitectura art déco y un glamour retro que podría parecer impostado, pero que no lo es. Bien lo sabe la jet set internacional. Un hotel tan icónico solo puede provenir de grandes orígenes. Construido a petición específica del gobierno brasileño, que buscaba un hotel lo suficientemente magnífico para recibir a los dignatarios visitantes, pocas cosas podrían ser más elevadas que el establecimiento del Copa.

Con algunos altibajos a lo largo de los años, 147 habitaciones, muchas de ellas con vistas a la playa, además de tres restaurantes, un piano bar, una piscina al aire libre y una playa privada completan la inigualable oferta de este hotel que, si no existiera, habría que inventarlo. La Avenida Atlántica, la gran avenida que conecta las playas de Río, nunca ha lucido mejor gracias a su presencia.


Una vida de leyenda

Diseñado por el arquitecto francés Joseph Gire, el Copacabana Palace abandera la opulencia clásica, lo hizo en sus orígenes y lo sigue haciendo ahora cuando, a pesar de los años y las reformas, nada ha cambiado aquí. Con un decadente glamour revitalizado, el siglo XXI ha dotado al Copa de una madurez que ya quisieran muchas propiedades hoteleras coetáneas. Aunque es posible que lo más impresionante haya sido la reapertura del Teatro Copacabana Palace, cerrado desde 1994 y ahora espectacularmente restaurado por más de 600 artesanos en diferentes materias. Las lámparas de araña, los kilómetros de mármol y las maderas nobles siguen muy presentes en el hotel, así como su encantador personal, tan dinámico como la propiedad.


Foto: Copacabana Palace

El hotel es uno de los grandes emblemas Art Deco del país.


Desde su apertura, el hotel ha recibido a reyes, reinas, presidentes y celebridades como Josephine Baker, Ella Fitzgerald, Marlene Dietrich, Ray Charles, Sammy Davis Jr. y Nat King Cole, por nombrar solo algunos. Una especie de paseo de la fama presente en el interior del hotel les rinde homenaje a todos y cada uno de ellos.

Con la Princesa Diana dándose un chapuzón a medianoche en la piscina y Kate Moss posando para Vogue, la del Copacabana Palace también ha sido una vida de leyenda. Los Rolling Stones actuaron a la sombra del hotel y a la esposa de Keith Richards le gustaron tanto las camas que se llevó una a casa. Y es que en el Copa, si las paredes hablaran, posiblemente el mundo se pondría a temblar.


El hotel lleva tantos años integrado en la ciudad que es tan carioca como el Cristo del Corcovado.


Hay que esmerarse mucho para tratar de encontrar una pega al Copacaba Palace y, si la hay, tal vez esta se encuentre en la excesiva sencillez de las habitaciones. De estilo retro, es cierto que no cuentan con el factor sorpresa que se podría esperar, pero las espectaculares vistas a la playa y el confort tanto de la cama, la ropa de cama es sublime, como de la bañera, suplen cualquier carencia de modernidad. Aquí no hay iPads para controlar luces o temperatura y los botones sirven para lo que fueron concebidos: apagar y encender. Sinceramente, ¿quién necesita más? Tampoco hay plásticos de un solo uso y los amenities son locales, con aromas cariocas, como el propio nombre de los estilosos tarros con inspiración tropical.


El restaurante MEE ha sido, desde su apertura, una garantía de Alta Gastronomía en la ciudad. Atesora una estrella Michelin.


La buena vida sabe mejor

Con una estrella Michelin cada año desde su apertura, comer en MEE supone viajar a Asia a través de ingredientes inusuales, platos un toque sudamericano y un ambiente fetén, como todo en el Copa. Su barra de sushi, así como la carta de cócteles, resultan imprescindibles. Todo en MEE es sexy, desde la decoración hasta la iluminación, construida a base de velas.

Para paladares más mediterráneos, el Ristorante Hotel Cipriani, de inspiración italiana y galardonado con una estrella Michelin, en su menú degustación se pueden encontrar platos, texturas, sabores y aromas que hacen que la experiencia de comer en Cipriani sea algo único, sobre todo cuando se opta por platos como pargo con hinojo y naranja o panceta de cerdo con pulpo, manzana y pimiento verde. Roma en Brasil a través de la gastronomía.



La piscina del Copacabana Palace ha sido capaz de eclipsar a la playa homónima gracias a su elegancia y distinción.


Con vistas a la piscina, en Pérgula se sirven los que pueden ser los mejores desayunos de Río de Janeiro, con un buffet interminable repleto de opciones, la mayoría de ellas elaboradas en el hotel, y un servicio que resulta ser aún más delicioso que los propios platos. Y ya es decir.

Un entorno idílico como el del Copacaba Palace sabe a una caipirinha bien fría y a auténticos festines en cualquiera de sus restaurantes. Con la brisa marina susurrando entre los árboles, la vida sabe aún mejor entre los muros de este histórico hotel. O al aire libre, recostado en una tumbona junto a la impresionante piscina. Es Brasil en estado puro.

Fuente: Viajes - National Geographic