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90 años atrás nadie quería al hotel Llao Llao en Bariloche

El sector hotelero no vio con buenos ojos que el Estado financiara la edificación de un establecimiento que, según sus cálculos, iría a competir deslealmente. Pero Parques Nacionales hizo caso omiso a las objeciones.

28 de enero de 2025

Al parecer, 90 años atrás la temporada veraniega fue muy exitosa. Tanto, que la infraestructura hotelera y gastronómica de Bariloche se vio en problemas para satisfacer tanta demanda. Ni lerdas ni perezosas, las autoridades nacionales que por entonces soñaban con dejar atrás el pueblo agrícola y pastoril para avanzar hacia un perfil decididamente turístico, dieron a conocer que encararían la construcción de un nuevo y selecto hotel en la zona de Llao Llao. En el sector directamente involucrado, la propuesta cayó como baldazo de agua fría.

En efecto, los planes de modernización que impulsó la Dirección de Parques Nacionales en la década de 1930 no fueron recibidos con beneplácito por todos los ámbitos de la vida barilochense. Por ejemplo, fue considerable el descontento que expresó el empresariado hotelero al enterarse de que, con fondos públicos, se pensaba levantar un nuevo e importante establecimiento que competiría con los que ya existían. A tal punto que fue importante el lobby que se desplegó para que la repartición abandonara el proyecto.

Hay que traer a colación que el déficit en la oferta del sector hotelero-gastronómico fue una constante en las primeras tres décadas del siglo XX. Entonces, en el rediseño de la localidad que ideó Ezequiel Bustillo, se incluía el levantamiento de un nuevo hotel en la zona de puerto Pañuelo, que pudiera atraer a turistas de alto poder adquisitivo. En primera instancia, el proyecto generó irritación en el pueblo.

Así lo reflejó Laura Méndez en su libro "Estado, frontera y turismo. Historia de San Carlos de Bariloche" (Prometeo Libros-2010), en el que puede leerse: "La Asociación de Hoteleros manifestó su disconformidad ante la decisión de Parques de construir el hotel Llao Llao en la península San Pedro (sic), de primera categoría y de inmensas dimensiones. En una carta que el director del Parque Nacional Nahuel Huapi, Emilio Frey, envió a (Ezequiel) Bustillo con fecha del 15 de marzo de 1935, se evidencian con claridad los temores que los empresarios turísticos locales poseían frente a la Dirección de Parques".


Reunión cumbre

La carta que elevara Frey a su superior jerárquico es muy detallada. "Las otras noches hubo una reunión de hoteleros de Bariloche, en el Hotel Parque con asistencia de los representantes de Exprinter (señor Voiseau). Eves, Villalonga, Navegación Capraro, senador señor Patrón Costas, el director de Aduanas, señor Pinedo, etcétera". Como puede advertirse, participaron en el encuentro encumbradas figuras de la política nacional, entre ellas, el senador salteño que estuvo a punto de ser presidente.

Según la confidencia de Frey, "se ha tratado la situación creada este verano por la falta de alojamiento en los hoteles de Bariloche, llegándose a la conclusión que los hoteleros estarían dispuestos a ampliar las mejoras y comodidades, pero que se abstendrían en atención de que la Dirección de Parques construirá el hotel en Llao Llao. Se ha hablado que siendo los hoteleros de Bariloche los verdaderos pioneers (sic) que han favorecido la afluencia del turismo construyendo con uso de crédito los hoteles que ahora poseen, cuyas deudas recién les son posibles mitigar, ahora se les quiere poner a un lado", es decir, afuera del negocio.

Añadía el director del Parque Nacional que para los hoteleros "la Dirección de Parques en lugar de construir el gran hotel en Llao Llao, cuya obra creen prematura, deberá de ayudárseles de inmediato para reforzar y ampliar los hoteles de Bariloche y los demás diseminados por el Parque, a fin de que estuvieran en condiciones de poder albergar a todos los turistas que vengan en la próxima temporada".

Siempre según Frey, a raíz de los planes de Bustillo "se ha creado una mala atmósfera por la construcción del gran hotel, que ciertos hoteleros no dejan de inculcar a personas de representación, diputados, senadores, etcétera". Quizás haga falta recordar que en 1935 transcurría la llamada Década Infame, que había significado la vuelta al poder de los sectores conservadores después del paréntesis que significó la Unión Cívica Radical (UCR).

Puede llamar la atención que aquellos portadores de apellidos ilustres no tenían la misma concepción sobre el rol que debe desempeñar el sector público en la economía, en comparación con el pensamiento de sus continuadores políticos del presente. "Los hoteleros han manifestado que el Estado no debe construir hoteles, que su construcción debe ser iniciativa de empresas particulares secundadas financieramente por la Dirección de Parques", transmitió Frey a Bustillo.

Pero finalmente, la Nación se salió con las suyas y el hotel Llao Llao se inauguró el 9 de enero de 1938, apenas tres años después de aquel planteo de los hoteleros de Bariloche. Un incendio afectó sus instalaciones en octubre del año siguiente, pero con idéntica premura, se reinauguró en diciembre de 1940. Los planes de Parques Nacionales se hicieron efectivos y el establecimiento se convirtió rápidamente en alojamiento para turistas de alto poder adquisitivo, políticos y diplomáticos. Al igual que hoy.

Fuente: El Cordillero